Se alimenta de cenizas, seducido por el pensamiento engañoso de su mente. No puede salvarse a sí mismo, y ni siquiera se pregunta: “¿No es este ídolo que sostengo sólo una mentira?”
En aquella época Israel no tenía rey. La tribu de Dan buscaba un territorio en el que poder vivir, porque hasta entonces no habían conseguido la posesión de la tierra que se les había concedido entre las tribus de Israel.