Dio a luz un hijo y lo llamó Sansón. El niño creció, y el Señor lo bendijo.
Juan, el niño, creció y se volvió fuerte espiritualmente. Vivió en el desierto hasta que llegó el momento de iniciar su ministerio público a Israel.
Y Jesús crecía continuamente y se hacía más sabio y más fuerte, y hallaba el favor de Dios y de la gente.
¿Qué otro ejemplo podría mostrarles? El tiempo no me alcanza para hablar de Gedeón, Barac, Sansón, Jefté; o sobre David, Samuel y los profetas.
Y el Señor bendijo a Ana con tres hijos y dos hijas. El niño Samuel creció en la presencia del Señor.
El niño Samuel crecía en estatura, y también crecía en cuanto a la aprobación del Señor y del pueblo.
Samuel siguió creciendo. El Señor estaba con él y se aseguraba de que todo lo que decía era fiel.