Pero de ti, Belén Efrata, (aunque eres solamente un lugar pequeño en Judá), nacerá un gobernante de Israel que hará mi voluntad. Su existencia es desde la eternidad pasada.
Después del tiempo de Abimelec, Tola, hijo de Fuvá, hijo de Dodóde la tribu de Isacar, entró en escena para salvar a Israel. Vivía en la ciudad de Shamir, en la región montañosa de Efraín.
Tuvo treinta hijos y treinta hijas. Casó a sus hijas con hombres de otras tribus, y trajo a treinta esposas de otras tribus para que se casaran con sus hijos. Ibzán dirigió a Israel como juez durante siete años.
En aquella época Israel no tenía rey. Un levita que vivía en una zona remota de la región montañosa de Efraín se casó con una esposa concubina de Belén de Judá.
El Señor un día le preguntó a Samuel: “¿Hasta cuándo vas a seguir llorando a Saúl porque lo he rechazado como rey de Israel? Llena tu frasco con aceite de oliva y vete. Ve donde Isaí de Belén, porque he elegido un rey para mí de entre sus hijos”.