Pues yo he venido a representar a mi Padre, y ustedes no me aceptarán; ¡pero si alguno viene representándose a sí mismo, entonces ustedes lo aceptan!
Jesús respondió: “Ya les dije, pero ustedes se negaron a creerlo. Los milagros que yo hago en nombre de mi Padre son prueba de quien yo soy.
“Muchos vendrán diciendo que soy yo, y dirán ‘yo soy el Mesías’, y engañarán a muchas personas.
Porque yo no descendí del cielo para hacer mi voluntad sino la voluntad del que me envió.
Padre, muéstrame la gloria de tu carácter”. Vino una voz del cielo que decía: “He mostrado la gloria de mi carácter, y la volveré a mostrar”.
Porque aparecerán falsos mesías y falsos profetas también, y harán señales y milagros increíbles para engañar a los escogidos, si fuera posible.
“Porque Dios amó al mundo, y lo hizo de esta manera: entregó a su único Hijo, a fin de que todos los que crean en él no mueran, sino que tengan vida eterna.
“¿Acaso no eres el egipcio que hace poco incitó una rebelión y condujo a cuatrocientos asesinos al desierto?”
“Volvió a los actos indecentes de cuando era joven, cuando los egipcios le apretaban los pezones y acariciaban sus jóvenes pechos.
—Yo los conozco, y sé que no tienen el amor de Dios en ustedes.