Les digo la verdad: aquellos que siguen lo que yo digo y creen en Aquél que me envió, tienen vida eterna. Ellos no serán condenados, sino que habrán pasado de la muerte a la vida.
Pero estas cosas están escritas aquí para que ustedes puedan creer que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y que al creer en quien él es, ustedes tengan vida.
“Porque Dios amó al mundo, y lo hizo de esta manera: entregó a su único Hijo, a fin de que todos los que crean en él no mueran, sino que tengan vida eterna.
Aquellos que creen en él no están condenados, mientras que aquellos que no creen en él ya están condenados porque no creyeron en el único Hijo de Dios.
Cualquiera que confía en el Hijo tiene vida eterna, pero cualquiera que se niega a creer en el Hijo, no experimentará vida eterna, sino que sigue bajo la condenación de Dios.
Yo soy el pan vivo que bajó del cielo, y cualquiera que coma de este pan, vivirá para siempre. Este pan es mi carne, la cual daré para que el mundo viva”.
Por la fe de ustedes en él, Dios los protegerá con su poder hasta que venga la salvación. La salvación que está lista para ser revelada en el último día.
La razón por la que sabemos que hemos ido de la muerte a la vida es porque amamos a nuestros hermanos y hermanas en la fe. Porque el que no ama sigue muerto.