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Referencias Cruzadas

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Juan 4:34

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Jesús les explicó: “Mi comida es hacer la voluntad de Aquél que me envió y completar su obra.

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21 Referencias Cruzadas  

Porque yo no descendí del cielo para hacer mi voluntad sino la voluntad del que me envió.

Yo no puedo hacer nada por mi propia cuenta. Juzgo basándome en lo que se me dice, y mi decisión es justa, porque no estoy haciendo mi propia voluntad sino la voluntad de Aquél que me envió.

No he descuidado sus mandatos, porque valoro más lo que me ha ordenado que el alimento que como cada día.

Yo te he dado gloria aquí en la tierra al terminar la obra que me mandaste a hacer.

Después que bebió el vinagre, Jesús dijo: “¡Está terminado!” Entonces inclinó su cabeza y dio su último respiro.

Entonces se fue un poco más lejos, se postró sobre su rostro y oró. “Padre mío, por favor, si es posible, quítame esta copa de sufrimiento”, pidió Jesús. “Aun así, que no sea lo que yo quiero sino lo que tu quieres”.

Pero la evidencia que les estoy dando es más grande que la de Juan. Porque yo estoy haciendo el trabajo que mi Padre me dio para que hiciera,

Pero Jesús respondió: “La comida que yo tengo para comer es una de la que ustedes no saben”.

Porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar a los que están perdidos”.

Dios mío, estoy feliz de hacer tu voluntad, tu ley guía mis pensamientos”.

Debemos seguir con la mirada puesta en Jesús, el autor y perfeccionador de nuestra fe en Dios. Pues por el gozo que tenía delante, Jesús soportó la cruz, sin importarle su vergüenza, y se sentó a la diestra del trono de Dios.

Les aseguro que hay alegría en la presencia de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente.

Les he dado ejemplo en todo: trabajen para ayudar a los débiles, recordando las palabras del Señor Jesús: ‘Más bendición hay en dar que en recibir’”.

Porque el pan de Dios es el que viene del cielo y el que da vida al mundo”.

“Por favor, hazlo, porque es bueno que hagamos lo que Dios dice que es correcto”, le dijo Jesús. Entonces Juan estuvo de acuerdo en hacerlo.

“¿Por qué han estado buscándome?” respondió Jesús. “¿No saben acaso que debo estar aquí en la casa de mi padre?”

Aquél que me envió está conmigo; Él no me ha abandonado, porque yo siempre hago lo que a Él le agrada”.

Jesús se dio cuenta entonces que había completado todo lo que había venido a hacer. En cumplimiento de la Escritura, dijo: “Tengo sed”.

Jesús y sus discípulos se levantaron y lo siguieron.




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