Esto es lo que dice el Señor: No llores más, no llores más, porque vas a ser recompensada por lo que has hecho, declara el Señor. Tus hijos volverán del país de tus enemigos.
“¿Por qué estás llorando?” le preguntó él. “¿A quién estás buscando?” Creyendo que era el jardinero, ella le dijo: “Señor, si te lo has llevado, dime dónde lo has puesto para yo ir a buscarlo”.
Entonces ella salió corriendo para decirle a Simón Pedro y al otro discípulo, al que Jesús amaba: “Se han llevado al Señor de la tumba, y no sabemos dónde lo han puesto”.
Sin embargo, Pablo respondió: “¿Qué hacen? Están llorando y rompen mi corazón. No solo estoy listo para ser amarrado en Jerusalén, sino también para morir allí por causa del Señor Jesús”.