“Si ustedes me aman, guardarán mis mandamientos.
Se mantuvo fiel al Señor y no dejó de seguirlo. Guardó los mandamientos que el Señor había dado a Moisés.
Si ustedes aman a su padre o su madre más que a mi, no merecen ser míos; y si aman a su hijo o hija más que a mi, no merecen ser míos.
Jesús respondió: “Si Dios fuese realmente el padre de ustedes, ustedes me amarían. Yo vine de Dios y estoy aquí. No fue mi propia decisión venir, sino la de Uno que me envió.
Cualquiera que no ama al Señor debe ser excluido de la iglesia. ¡Ven Señor!
Porque en Cristo Jesús, ser circuncidado o no circuncidado no logra nada; lo único que importa es la fe que obra por el amor.
Gracia a todos los que aman eternamente a nuestro Señor Jesús.
Ustedes lo aman aunque nunca lo han visto. Aunque no pueden verlo ahora, creen en él y están llenos de una felicidad maravillosa e indescriptible.
Y esto es el amor: que sigamos los mandamientos de Dios. Y el mandamiento, como oíste desde el principio, es que debemos vivir en amor.