“Si ustedes me aman, guardarán mis mandamientos.
Y esto es el amor: que sigamos los mandamientos de Dios. Y el mandamiento, como oíste desde el principio, es que debemos vivir en amor.
Ustedes lo aman aunque nunca lo han visto. Aunque no pueden verlo ahora, creen en él y están llenos de una felicidad maravillosa e indescriptible.
Porque en Cristo Jesús, ser circuncidado o no circuncidado no logra nada; lo único que importa es la fe que obra por el amor.
Si ustedes aman a su padre o su madre más que a mi, no merecen ser míos; y si aman a su hijo o hija más que a mi, no merecen ser míos.
Jesús respondió: “Si Dios fuese realmente el padre de ustedes, ustedes me amarían. Yo vine de Dios y estoy aquí. No fue mi propia decisión venir, sino la de Uno que me envió.
Cualquiera que no ama al Señor debe ser excluido de la iglesia. ¡Ven Señor!
Gracia a todos los que aman eternamente a nuestro Señor Jesús.
Se mantuvo fiel al Señor y no dejó de seguirlo. Guardó los mandamientos que el Señor había dado a Moisés.