Los discípulos respondieron: “Maestro, hace apenas unos días los judíos estaban tratando de apedrearte. ¿Realmente quieres regresar allá ahora?”
Una vez más los judíos tomaron piedras para lanzárselas.
Ante esto, ellos tomaron piedras para arrojárselas, pero Jesús se ocultó de ellos y se fue del Templo.
Nuevamente ellos trataron de arrestarlo, pero él escapó de ellos.
Pero considero que mi vida no tiene ya valor para mí mismo. Solo quiero terminar mi misión y el ministerio que el Señor Jesús me dio de ser testigo de la buena noticia de la gracia de Dios.
A ellos les gusta que los saluden con respeto en las plazas del mercado, y que la gente les llame ‘Rabí’.
“No dejen que la gente los llame ‘Rabí’. El Gran Maestro de ustedes es solo uno, y ustedes son todos hermanos.
Mientras tanto, los discípulos de Jesús estaban insistiéndole: “¡Maestro, come algo, por favor!”
y muchos judíos habían venido a consolar a María y Marta ante la pérdida de su hermano.