Entonces Josué advirtió al pueblo: “Hoy se han convertido en testigos contra ustedes mismos al decir que han elegido adorar al Señor”. “Sí, somos testigos”, respondió el pueblo.
“‘Te juzgaré por tus propias palabras,’ respondió el rey. ‘Sabes que soy un hombre duro, “que tomo lo que no me pertenece, y cosecho lo que no sembré”.
Hoy has declarado públicamente que el Señor es tu Dios y que seguirás sus caminos, guardarás las reglas y mandamientos y normas, y obedecerás lo que él diga.