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Referencias Cruzadas
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Josué 22:29

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“Jamás se nos ocurriría rebelarnos contra el Señor o alejarnos de él construyendo un altar para hacer holocaustos o ofrendas de grano o sacrificios. El único altar del Señor, nuestro Dios, es el que está frente a su Tabernáculo”.

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16 Referencias Cruzadas  

“¡Yo no haría nada de eso!” respondió José. “Sólo el hombre que fue encontrado con la copa se convertirá en mi esclavo. El resto de ustedes puede regresar con su padre”.

“Señor mío, ¿qué estás diciendo?” le contestaron. “¡Nosotros, tus siervos, no haríamos algo así!

Pero Nabot respondió: “Que el Señor me maldiga si te doy la herencia de mis antepasados”.

“Y si me dicen: ‘Confiamos en el Señor nuestro Dios’, ¿acaso no quitó Ezequías sus lugares altos y sus altares, diciéndole a Judá y a Jerusalén: ‘Tienen que adorar en este altar de Jerusalén’?

¿No fue Ezequías quien destruyó los lugares altos y los altares de este dios y les dijo a Judá y a Jerusalén, ‘Deben adorar en este único altar, y ofrecer sacrificios en él solamente’?

¡Por supuesto que no! ¿De qué otra manera podría Dios juzgar al mundo?

¡Por supuesto que no! Pues si estamos muertos al pecado, ¿cómo podríamos seguir viviendo en pecado?

Entonces, ¿qué debemos concluir? ¿Diremos que Dios es injusto? ¡Por supuesto que no!

entonces el Señor su Dios elegirá un lugar donde vivir con ustedes. Allí es donde llevarán todo lo que les he ordenado hacer: sus holocaustos y sacrificios, sus diezmos y ofrendas voluntarias, y todos los regalos especiales que prometan darle al Señor.

Si nuestra acción de construir un altar fue para alejarnos del Señor, o para usar el altar para hacer holocaustos u ofrendas de grano o de comunión, entonces que el Señor nos castigue.

“Así que dijimos: ‘Construyamos un altar, no para holocaustos ni para sacrificios,

“Si lo hicieran en el futuro, nuestros descendientes podrían responder: ‘Mira esta réplica del altar del Señor que hicieron nuestros antepasados, no para los holocaustos ni para los sacrificios, sino como testimonio entre nosotros y tú’.

Cuando Finés y los jefes israelitas oyeron esto de las tribus de Rubén y Gad y de la media tribu de Manasés, se alegraron.

El pueblo respondió: “¡Nunca abandonaremos al Señor ni adoraremos a otros dioses!

“En cuanto a mí, ¿cómo podría pecar contra el Señor dejando de orar por ustedes? También seguiré enseñándoles el camino del bien y la rectitud.




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