Es por eso que la tribu de Leví no tiene derecho a la tierra o a la participación entre las otras tribus. El Señor les provee lo que necesitan, tal como el Señor su Dios prometió.
Moisés no asignó ninguna tierra a los levitas. En cambio, les asignó las ofrendas hechas con fuego al Señor, el Dios de Israel, como el Señor les había prometido.
“Pero los levitas no reciben una parte, pues su función como sacerdotes del Señor es su asignación. Además, Gad, Rubén y la media tribu de Manasés ya han recibido su asignación que Moisés, el siervo del Señor, les dio en el lado oriental del Jordán”.