Entre los parientes de Jericó había 2.700 hombres capaces que eran líderes familiares. El rey David los puso a cargo de las tribus de Rubén y Gad y de la media tribu de Manasés. Eran responsables de todo lo relacionado con la obra del Señor y el servicio del rey.
La tribu de Rubén, la tribu de Gad y la media tribu de Manasés tenían 44.760 guerreros fuertes y listos para la batalla, capaces de usar escudos, espadas y arcos.