Abraham aceptó la oferta de Efrón y Abraham calculó el peso y le dio a Efrón las cuatrocientas piezas de plata que había dicho, usando el peso estándar que usaban los mercaderes, y delante de los hititas como testigos.
Miren las aves—ellas no siembran ni cosechan, ni guardan alimento en los graneros, porque el Padre celestial las alimenta. ¿No son ustedes más que las aves?