¿Te gusta acusarme? ¿Por qué me rechazas a mí, a quien has creado con tus propias manos, y sin embargo te alegras de las maquinaciones de los malvados?
Me viste como un embrión, y ante tus ojos ya todos mis días estaban escritos; todos mis días ya estaban diseñados, antes de que ninguno de ellos comenzara.