El Faraón se quitó el anillo del sello del dedo y lo puso en el dedo de José. Lo vistió con ropas de lino fino y le puso una cadena de oro alrededor del cuello.
“No temas – le dijo David – porque de verdad seré bondadoso contigo por amor a tu padre Jonatán. Te devolveré toda la tierra que poseía tu abuelo Saúl, y siempre comerás en mi mesa”.
Y el ángel le dijo a aquellos que estaban allí: “Quiten su ropa sucia”. Y entonces le dijo a Josué: “Mira como he quitado tus pecados, y ahora te vestiré con ropas finas”.