“Cuando termines de leer este rollo en voz alta, ata una piedra a él y arrójala al Éufrates.
Toma el taparrabos que compraste y póntelo, y ve inmediatamente al río Perat y escóndela allí en un agujero entre las rocas.
Después de que Jeremías terminó de decirles a todos todo lo que el Señor, su Dios, le había enviado a decir,
Y un poderoso ángel tomó una piedra del tamaño de una piedra de molino, y la lanzó al mar, diciendo: “Con esta misma fuerza la gran ciudad de Babilonia será derribada, y no existirá más”.