En consecuencia, vivirán allí animales del desierto y hienas, y será un hogar para los búhos. Estará deshabitado para siempre: no se habitará de una generación a otra.
Convertiré a Babilonia en un lugar para las aves acuáticas y en los pantanos. La barreré con la escoba de la destrucción, declara el Señor Todopoderoso”.
Sin embargo, cuando terminen estos setenta años, voy a castigar al rey de Babilonia y a esa nación, el país de Babilonia, por su pecado, declara el Señor. Los destruiré por completo.
Nadie podrá ni siquiera encontrar una piedra angular o una piedra de cimentación entre tus ruinas, porque serás destruido por completo, declara el Señor.
Y gritó con voz poderosa: “¡Babilonia la grande ha colapsado y ha quedado en ruinas! Se ha convertido en el lugar donde habitan los demonios, en el refugio de todo espíritu inmundo, y cueva de toda ave impura y espantosa.