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Referencias Cruzadas

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Jeremías 44:26

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“Pero aun así, escuchen lo que dice el Señor, todo el pueblo de Judá que vive aquí en Egipto: Les garantizo por todo lo que soy, dice el Señor, que ninguno de ustedes que vive en Egipto usará jamás mi nombre ni jurará: ‘Vive el Señor Dios’.

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28 Referencias Cruzadas  

“Te juro por mí mismo, dice el Señor, que por lo que has hecho y por no haberte negado a darme a tu hijo, a tu único hijo,

Pero a los malvados Dios les dice, “¿Cuál es el objetivo de repetir mi ley y hacer promesas vacías sobre obedecer mi pacto?

No anularé el acuerdo que tengo con él; no alteraré una sola palabra de lo que he dicho.

El Señor ha hecho una promesa solemne, jurando por su poder y su fuerza: No volveré a dejar que tus enemigos se coman tu grano, ni que los extranjeros se beban el vino nuevo que tanto has trabajado.

Pero si te niegas a obedecer lo que digo, entonces juro por mí, declara el Señor, que este palacio será convertido en escombros.

Pero los higos malos, tan malos que no se pueden comer, dice el Señor, representan la forma en que trataré a Sedequías, rey de Judá, a sus funcionarios y a los que quedan de Jerusalén, así como a los que quedan en este país y a los que viven en Egipto.

y si cuando hagas tus votos, lo haces sólo a mí, con sinceridad, verdad y honestidad, entonces serán bendecidas las naciones por mí, y me alabarán.

Así que esto es lo que dice el Señor Todopoderoso, el Dios de Israel: Estoy decidido a traer el desastre y a eliminar a todos los de Judá.

Nadie que quede de Judá que haya ido a vivir a Egipto escapará o sobrevivirá para volver al país de Judá. Ustedes anhelan volver y vivir allí, pero nadie regresará, salvo unos pocos rezagados.

Entonces Jeremías les dijo a todos, incluyendo a todas las mujeres: “Escuchen el mensaje del Señor, todos ustedes, gente de Judá que vive aquí en Egipto.

Vivo yo, declara el Rey que tiene el nombre de “el Señor Todopoderoso”, el rey de Babilonia vendrá. Es como el monte Tabor, que sobresale de los demás montes, como el monte Carmelo en lo alto del mar.

Me hice la solemne promesa, declara el Señor, de que la ciudad de Bosra se convertirá en un lugar que horrorice a la gente, en una completa humillación, en un montón de ruinas y en un nombre que se use como palabra de maldición. Todos sus pueblos circundantes también quedarán en ruinas para siempre.

Pueden hacer promesas en mi nombre, pero no son sinceras.

El Señor Todopoderoso juró con su propia vida, diciendo: Me aseguraré de llenarte de tantos soldados enemigos que serán como langostas. Gritarán al celebrar su victoria sobre ti.

¿Realmente van a seguir robando, asesinando, cometiendo adulterio y mintiendo, quemando incienso a Baal y adorando a otros dioses de los que no saben nada,

“Esto es lo que el Señor Dios les dice a ustedes, pueblo de Israel: Todos ustedes, sigan adelante y adoren a sus ídolos. Pero después, si no me escuchan, no seguirán deshonrándome con sus ofrendas e ídolos paganos.

“Aunque tú, Israel, te has vuelto una prostituta, espero que Judá, no cometa la misma ofensa, y entre a Guilgal, ni vaya a Bet-Aven, ni jure diciendo: ‘el Señor vive’.

Y cuando un familiar venga a sacar los cuerpos de la casa, preguntará a quien esté allí “¿Hay alguien más contigo?” Y la persona responderá: “No”... Entonces el otro dirá: “¡Calla! Ni siquiera menciones el nombre del Señor”.

El Señor ha jurado he Lord por su propia vida, y esto es lo que ha declarado: Detesto la arrogancia de Jacob y su castillo. Entregaré a su enemigo su ciudad y todo lo que hay en ella.

El Señor Dios, de quien se enorgullecen los descendientes de Jacob, ha hecho un juramento: No olvidaré el mal que han hecho.

Ve y diles: Juro por mi propia vida, declara el Señor, que cumpliré sus deseos, ¡créanme!

¿De quién hablaba Dios cuando hizo juramento de que no entrarían en su reposo? ¿No fue de los que lo desobedecieron?

Cuando Dios le dio su promesa a Abrahán, no pudo jurar por alguien superior, así que hizo un juramento consigo mismo,

De modo que por estas dos acciones que no pueden cambiarse, y, como Dios no puede mentir, podemos tener plena confianza en que al huir buscando seguridad, podemos aferrarnos de la esperanza que Dios nos presentó.




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