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Referencias Cruzadas
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Jeremías 42:20

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Han cometido un gran error que les costará la vida al enviarme al Señor, su Dios, pidiéndole: ‘Ruega al Señor, nuestro Dios, por nosotros, y haznos saber todo lo que el Señor, nuestro Dios, dice y lo haremos’.

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17 Referencias Cruzadas  

Tan pronto como oyen de mí, obedecen. Los extranjeros tiemblan ante mi presencia.

Aunque nos estemos ahogando en nuestros pecados y desobediencia, tú nos perdonas.

Pero yo, el Señor, veo lo que la gente piensa. Examino sus mentes, para poder recompensarlas según sus actitudes y su forma de comportarse.

A pesar de todo esto, su infiel hermana Judá no volvió a mí con sinceridad. Sólo fingió hacerlo, declara el Señor.

Sin embargo, el rey Sedequías envió a Jehucal hijo de Selemías y el sacerdote Sofonías, hijo de Maasías, al profeta Jeremías con el mensaje: “¡Por favor, ruega al Señor nuestro Dios por nosotros!”

Entonces el rey Sedequías mandó llamar al profeta Jeremías y se reunió con él en la tercera entrada del Templo. “Necesito pedirte algo”, le dijo el rey a Jeremías. “No debes ocultarme nada”.

Jeremías el profeta y le dijeron: “Por favor, escucha nuestra petición.

Entonces le dijeron a Jeremías: “Que el Señor sea un testigo fiel y verdadero contra nosotros si no hacemos todo lo que el Señor tu Dios te dice que debemos hacer.

Azarías hijo de Oseas, Johanán hijo de Carea, y todos los hombres orgullosos y rebeldes le dijo a Jeremías: “¡Mientes! El Señor, nuestro Dios, no te ha enviado para decirnos: ‘No deben irse a vivir a Egipto’.

“Así que mi pueblo viene a visitarte como suele hacerlo. Se sientan y escuchan el mensaje que compartes, pero no hacen nada al respecto. Aunque hablan de amor, sólo piensan en cómo engañar a los demás.

Haz que los incensarios de los que pecaron a costa de su propia vida sean martillados en láminas de metal como cobertura para el altar, porque fueron ofrecidos ante el Señor, y así se han hecho santos. Serán un recordatorio para los israelitas de lo que pasó”.

y escriban el nombre de Aarón en el bastón de la tribu de Leví, porque tiene que haber un bastón para el jefe de cada tribu.

Uno de ellos, quien era un experto en la ley, le hizo una pregunta para probarlo:

No se dejen engañar, Dios no puede ser tratado con desacato: todo lo que siembren, eso cosecharán.

Hagan, más bien, lo que dice la palabra. No escuchen solamente ni se engañen ustedes mismos.




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