Cada vez que Jehudí terminaba de leer tres o cuatro columnas, Joaquín las cortaba con un cuchillo de escriba y las arrojaba al fuego. Finalmente, todo el pergamino se quemó por completo.
Entonces Jeremías llamó a Baruc hijo de Nerías para que viniera, y mientras Jeremías dictaba, Baruc escribió en un pergamino todo lo que el Señor le había dicho a Jeremías.