“Por favor, siéntate y léenoslo”, le dijeron. Así que Baruc se lo leyó.
Entonces el escriba Safán le dijo al rey: “El sacerdote Jilquías me ha dado un libro”. Safán se lo leyó al rey.
Después de oírlo todo, se asustaron y se miraron unos a otros. Le dijeron a Baruc: “Tenemos que contarle todo esto al rey”.
El rey envió a Jehudí a buscar el pergamino. Fue y lo sacó de la habitación de Elisama el secretario. Entonces Jehudí se lo leyó al rey y a todos los funcionarios que estaban allí de pie junto a él.