No construyan nunca casas, ni siembren cosechas, ni planten viñedos. No lo hagan. En cambio, vivan siempre en tiendas para que tengan una larga vida mientras se desplazan de un lugar a otro del país’.
Estos dos hijos de Isaac crecieron, y Esaú se convirtió en un cazador de gran talento en el campo. Jacob era tranquilo y se quedaba en casa, en las tiendas.