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Referencias Cruzadas
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Jeremías 34:7

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En ese momento el ejército del rey de Babilonia estaba atacando la ciudad y las ciudades de Judea de Laquis y Azeca. Estas eran las únicas ciudades fortificadas que aún no habían sido conquistadas en Judá.

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18 Referencias Cruzadas  

Una conspiración contra Amasías tuvo lugar en Jerusalén, y él huyó a Laquis. Pero se enviaron hombres tras él y lo asesinaron allí.

El comandante del ejército asirio se marchó y regresó para reunirse con el rey de Asiria, tras oír que el rey había salido de Laquis y estaba atacando Libna.

Construyó ciudades en la región montañosa de Judá, y fortalezas y torres en las montañas y los bosques.

El rey de Asiria envió a su general del ejército, junto con un gran ejército, desde Laquis hasta el rey Ezequías en Jerusalén. Se detuvo junto al acueducto del estanque superior, en el camino hacia el Campo de la Lavandera.

Entonces los habitantes de las ciudades de Judá y Jerusalén irán a pedir ayuda a los dioses a los que han estado quemando incienso, pero estos dioses no podrán hacer nada para salvarlos en su momento de angustia.

Este es el mensaje del Señor que llegó a Jeremías cuando Nabucodonosor, rey de Babilonia, y todo su ejército, junto con las tropas de todos los países que gobernaba y de otras naciones, estaban atacando Jerusalén y todas sus ciudades cercanas:

¡Anuncien esta advertencia por todo Judá y Jerusalén! Díganles: ¡Toquen la trompeta en todo el país! Griten: “¡Rápido! Corramos hacia las ciudades fortificadas para protegernos”.

La gente dice: “¿Por qué estamos sentados aquí? Juntémonos y corramos a las ciudades fortificadas. Allí podemos morir, porque el Señor, nuestro Dios, nos está matando dándonos a beber agua envenenada, porque pecamos contra él.

Sujeten al equipo de caballos al carruaje, pueblo de Laquis, porque los pecados del pueblo de Jerusalén comenzaron con ustedes, pues los pecados de Israel fueron hallados primeramente en medio de ustedes.

Asediaran todas las ciudades de tu país, hasta que caigan los altos muros fortificados en los que confías. Asediarán todas las ciudades de tu país que el Señor tu Dios te ha dado.

Así que Adoni-zedek, rey de Jerusalén, envió un mensaje a Hoham, rey de Hebrón, a Piram, rey de Jarmut, a Jafía, rey de Laquis, y a Debir, rey de Eglón, diciendo:

Así que estos cinco reyes amorreos (los reyes de Jerusalén, Hebrón, Jarmut, Laquis y Eglón) y sus ejércitos se reunieron y partieron. Rodearon a Gabaón y comenzaron su ataque.

El rey de Jarmut. El rey de Laquis.

Jarmut, Adulán, Soco, Azeca,




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