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Referencias Cruzadas
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Jeremías 31:4

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Voy a reconstruirte, y así será. Serás reconstruida, Virgen Israel. Volverás a coger tus panderetas y saldrás a bailar con alegría.

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31 Referencias Cruzadas  

Esta es la palabra con la que el Señor lo condena: La virgen hija de Sión te desprecia y se burla de ti; la hija de Jerusalén mueve la cabeza cuando huyes.

Alaben su naturaleza con danza; canten alabanzas a él con acompañamiento de panderetas y harpas.

Has convertido mi llanto en danza. Has quitado mis vestiduras de cilicio y me has vestido de felicidad,

Sé bueno con Sión. Ayuda a la ciudad. Reconstruye los muros de Jerusalén.

Porque Dios salvará a Sión, y reconstruirá las ciudades de Judá. Ellos viven allí y poseen la tierra.

Pero el Señor será misericordioso con los descendientes de Jacob. Una vez más, elegirá a Israel y lo hará volver a vivir en su propia tierra. Los extranjeros vendrán y se unirán a ellos allí, y se unirán a los descendientes de Jacob.

Cada vez que el Señor los golpee con su vara de castigo será acompañado por la música de panderetas y arpas mientras los combate, golpeándolos en la batalla.

ésta es la palabra del Señor que lo condena: La virgen hija de Sión te desprecia y se burla de ti; la hija de Jerusalén sacude la cabeza cuando huyes.

Hoy te he puesto sobre naciones y reinos para arrancar y derribar, para destruir y demoler, para construir y plantar”.

Esto es lo que debes decirles: Las lágrimas brotan de mis ojos sin cesar, de día y de noche, porque mi pueblo ha sido aplastado por un duro golpe, una herida realmente grave.

En consecuencia, esto es lo que dice el Señor: Pregunten en las naciones: ¿alguien ha escuchado algo así? La virgen Israel ha actuado muy mal.

Yo velaré por ellos y los haré volver a este país. Los edificaré y no los derribaré; los plantaré y no los desarraigaré.

Las muchachas bailarán en la celebración; los jóvenes y los ancianos también se unirán. Convertiré su dolor en alegría, y los consolaré y cambiaré su tristeza en felicidad.

Pongan indicadores en el camino; háganse señales. Tienen que estar seguros de poder encontrar de nuevo el camino por el que han viajado. Vuelve, Virgen Israel, vuelve a tus pueblos.

Se acerca el tiempo, declara el Señor, en que esta ciudad será reconstruida para el Señor, desde la torre de Hananel hasta la Puerta de la Esquina.

Haré que Judá e Israel vuelvan del exilio y los haré tan fuertes como antes.

¡Ve a buscar ungüento curativo en Galaad, virgen hija de Egipto! Pero todo lo que uses para ayudarte fracasará, porque no hay nada que te cure.

El Señor hizo a un lado a todos mis fuertes soldados que me defendían. Convocó un ejército para atacarme, para aplastar a mis jóvenes. El Señor ha pisoteado a la virgen hija de Judá como a las uvas en un lagar.

¿Qué puedo decirte? ¿Con qué te compararé, hija de Jerusalén? ¿A qué puedo decir que te pareces para consolarte, virgen hija de Sión? Porque tu herida es tan grande como el mar; ¿quién podrá curarte?

¡La doncella Israel ha caído y no volverá a levantarse! Yace allí abandonada en el suelo, y no hay quien la ayude.

Ese día yo restauraré el reino caído de David. Repararé las brechas en sus muros, reconstruiré las ruinas, y quedará como antes.

Traigan el becerro que hemos estado engordando y mátenlo. Hagamos una fiesta para celebrar

‘En el futuro, volveré, y reconstruiré la casa caída de David; yo reconstruiré sus ruinas y las enderezaré.

Cuando Jefté llegó a su casa en Mizpa, su hija salió a recibirlo con panderetas y bailes. Era su única hija; no tenía ningún hijo ni hija aparte de ella.




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