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Referencias Cruzadas
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Jeremías 31:18

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No te preocupes, he oído los gemidos de Efraín, que dice: “Me has disciplinado muy duramente, como si fuera un ternero que no ha sido adiestrado. Por favor, hazme volver, déjame regresar, porque tú eres el Señor, mi Dios.

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54 Referencias Cruzadas  

Mira qué feliz es la persona a la que Dios corrige, así que no desprecies la disciplina del Todopoderoso.

Aunque el Señor me castigue duramente, no me dejará.

Antes estuve sufriendo, mientras vagaba lejos de ti, pero ahora hago tu voluntad.

Señor, yo sé que decides con rectitud. Tú me derribaste para ayudarme porque eres fiel.

¡Mi vida entera está en tus manos! ¡Sálvame de aquellos que me odian y me persiguen!

No seas como un caballo o una mula que no sabe a dónde ir si no tiene un freno o una brida. Y que sin ello no se puede controlar”.

¡Oh, Señor! Dios todopoderoso, ¡Restáuranos! ¡Permite que tu rostro resplandezca sobre nosotros para que podamos ser salvos!

Por favor, Dios, ¡Restáuranos! Permite que tu rostro resplandezca sobre nosotros para que podamos ser salvos.

Dios todopoderoso, ¡Restáuranos! ¡Permite que tu rostro se resplandezca sobre nosotros para que podamos ser salvos!

Acércanos otra vez a ti, ¡Dios de nuestra salvación! Aleja tu ira de nosotros.

Aquellos que disciplinas son felices, Señor; aquellos a los que enseñas en tu ley.

Los caballos necesitan un látigo, los asnos necesitan un freno. ¡Del mismo modo, los tontos necesitan vara en sus lomos!

Cualquiera que siga rechazando obstinadamente muchas advertencias, sufrirá destrucción repentina, sin ningún remedio.

Hijo mío, no rechaces la disciplina del Señor ni te enojes cuando te corrija,

¿Quieren ser castigados? ¿Van a seguir en rebelión? Su mente está dañada por completo, y su corazón está totalmente enfermo.

Tus hijos se han derrumbado, tirados en todas las calles como antílopes atrapados en una trampa. Han experimentado toda la ira del Señor, la condena de vuestro Dios.

Fue perseguido y maltratado, pero no dijo nada. Fue llevado como un cordero a la muerte, y del mismo modo que una oveja a punto de ser esquilada guarda silencio, él no dijo ni una palabra.

Pero sigues siendo nuestro Padre, aunque Abraham no nos conozca e Israel no nos reconozca. Tú, Señor, eres nuestro Padre; siempre te has llamado nuestro Redentor desde hace mucho tiempo.

Pero el pueblo no volvió al que lo castigó; no vino a adorar al Señor Todopoderoso.

Sáname, Señor, y seré curado; sálvame, y seré salvado, porque a ti te alabo.

Fue inútil que castigara a tus hijos porque se negaron a aceptar cualquier disciplina. Usaste tus propias espadas para matar a tus profetas, destruyéndolos como un león feroz.

Deberíamos acostarnos avergonzados, y que nuestra desgracia nos sepulte. Hemos pecado contra el Señor, nuestro Dios, nosotros y nuestros padres. Desde que éramos jóvenes hasta ahora no hemos obedecido lo que el Señor, nuestro Dios, nos dijo que hiciéramos.

Se acerca un día en que los vigías gritarán desde las colinas de Efraín: “¡Vamos, subamos a Sión para adorar al Señor, nuestro Dios!”

Volverán con lágrimas en los ojos, y estarán orando mientras los llevo a casa. Los guiaré junto a corrientes de agua, por caminos llanos donde no tropezarán. Porque yo soy el Padre de Israel; Efraín es mi primogénito.

Señor, ¿no buscas siempre la fidelidad? Los derrotaste, pero no les importó. Estuviste a punto de destruirlos, pero se negaron a aceptar tu disciplina. Eran tercos, duros como una roca, y no se arrepentían.

Tráenos de regreso a ti, Señor, para que podamos volver a estar contigo. Por favor, restaura nuestras vidas a como era antes.

“Allí se acordarán de sus malos caminos y de todo lo que hicieron para contaminarse, y se odiarán a sí mismos por las conductas malas que tuvieron.

Tal como decía la Ley de Moisés, todo este castigo ha caído sobre nosotros, pero aún no te hemos pedido, Señor, nuestro Dios, que nos favorezcas, apartándonos de nuestros pecados y prestando atención a tu verdad.

Efraín es como una novilla adiestrada, a quien le gustaba trillar el grano, pero yo le pondré un yugo en su cuello. Le pondré un arnés a Efraín, y Judá tendrá que surcar del arado; y Jacob debe romper la tierra por si mismo.

Si Israel se comporta como una vaca rebelde, ¿cómo podría el Señor cuidar de Israel como un cordero en una gran pradera?

Entonces me iré y volveré de donde vine, hasta que reconozcan sus faltas, y en su desesperación busquen mi rostro y supliquen mi ayuda”.

Y Dios vio lo que habían hecho, y que abandonaron sus malos caminos, y cambió de parecer, y no llevó a cabo la destrucción que había anunciado.

Tú no prestas atención a nadie ni aceptas la corrección; no confías en el Señor, ni pides su ayuda.

Entonces los que de verdad respetaban al Señor hablaron entre ellos y el Señor escuchó lo que dijeron. Un rollo de memorias fue escrito en su presencia con los nombres de aquellos que respetaban al Señor y que le prestaron atención.

Él restaurará la armonía entre padres e hijos, y si eso no ocurre, yo vendré y azotaré la tierra con una maldición.

“La tribu de Efraín acampará bajo su bandera en el lado oeste. Su líder es Elisama, hijo de Amiud,

Irá delante del Señor en el espíritu y el poder de Elías, para convertir los corazones de los padres a sus hijos nuevamente, y convertir a los rebeldes hacia un entendimiento recto, para preparar a un pueblo que esté listo para el Señor.

Así que partió de allí y se fue a casa de su padre. “Aunque aún estaba lejos, su padre lo vio venir desde la distancia, y su corazón se llenó de amor por su hijo. El padre corrió hacia él, abrazándolo y besándolo.

Dios preparó a su siervo y lo envió primero a ustedes, para bendecirlos al convertirlos de sus malos caminos”.

Porque es Dios quien obra en ustedes, creando la voluntad y la capacidad para hacer lo que él quiere que hagan.

¿Acaso han olvidado el llamado de Dios cuando les habla como a hijos suyos? Él dice: “Hijo mío, no tomes con ligereza la disciplina de Dios, ni te des por vencido cuando te corrige.

“Yo corrijo y disciplino a los que amo. Así que sé sincero y arrepiéntete.




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