Esto es lo que dice el Señor Todopoderoso, el Dios de Israel: No te dejes engañar por tus profetas y adivinos, y no escuches ningún sueño que te interpreten.
Los profetas están profetizando mentiras en mi nombre, respondió el Señor. Yo no los envié, ni los elegí, ni les hablé. Es una visión mentirosa, una predicción vacía, un producto engañoso de sus propias mentes lo que te están profetizando.
Esto es lo que dice el Señor Todopoderoso: No presten atención a lo que dicen estos profetas cuando les profetizan. Te están engañando con visiones que inventan en su propia mente. No vienen de mí.
No escuches a tus profetas, a tus adivinos, a tus intérpretes de sueños, a tus médiums o a tus magos cuando te digan: “No servirás al rey de Babilonia”.
Entonces el profeta Jeremías le dijo al profeta Hananías: “¡Escucha esto, Hananías! El Señor no te envió a ti, pero tú has convencido a este pueblo de creer en una mentira.
El profeta Jeremías escribió esta carta y la envió desde Jerusalén a los ancianos que habían quedado entre los exiliados, a los sacerdotes, a los profetas y a todos los demás que habían sido desterrados de Jerusalén a Babilonia por Nabucodonosor.
Esto es lo que dice el Señor Todopoderoso, el Dios de Israel, sobre Acab hijo de Colaías y Sedequías hijo de Maasías, que les están profetizando mentiras en mi nombre. Voy a entregarlos a Nabucodonosor, rey de Babilonia, y él los matará ante tus ojos.
Hicieron cosas escandalosas en Israel: cometieron adulterio con las esposas de sus vecinos y dijeron mentiras en mi nombre. Yo no les dije que dijeran nada. Yo soy el que sabe lo que hicieron, y puedo dar testimonio de ello, declara el Señor.
Las visiones de tus profetas fueron falsas y sin valor; no señalaron tu culpa para evitar que fueras llevada al cautiverio. En cambio, te presentaron visiones falsas y engañosas.
“Las visiones que ven son falsas y las profecías que dan son mentiras. Afirman: ‘Esto es lo que dice el Señor’, cuando el Señor no los envió. Aun así, ¡esperan que su mensaje se cumpla!
Si un falso profeta viniera ante ustedes con mentiras, diciendo: “Les predicaré sobre los beneficios del vino y el alcohol”, ese sería el profeta perfecto para la clase de pueblo que son ustedes.
Ese día, tales profetas sentirán vergüenza de profetizar sus supuestas visiones. Pra engañar no se pondrán más sus vestiduras de profetas, hechas de pelo áspero.
“Asegúrense que nadie los engañe”, les advirtió Jesús. “Muchas personas vendrán afirmando que soy yo, diciendo, ‘¡Aquí estoy!’ y ‘¡Ha llegado la hora!’ pero no los sigan.
Estas personas no sirven a Cristo nuestro Señor sino a sus propios apetitos, y con su forma de hablar lisonjera y palabras agradables engañan las mentes de las personas desprevenidas.
Ya no deberíamos ser más como niños, sacudidos por cualquier viento de doctrina, confundidos por los engaños humanos, y conducidos al error por personas astutas que hacen planes engañosos;
No permitan que ninguno los engañe de ninguna forma, porque la Rebelión debe venir primero, y el hombre de anarquía debe ser revelado. Aquél cuyo fin es la destrucción.
Engañó a los habitantes de la tierra con milagros que hacía en nombre de la bestia, y ordenándoles para que hicieran una imagen de la bestia que había recibido la herida mortal por espada, pero que volvió a la vida.
Y capturaron a la bestia, junto al falso profeta que hacía milagros en su presencia (por medio de los cuales engañaba a los que habían recibido la marca de la bestia y los que adoraban su imagen). Ambos fueron lanzados vivos en el lago de fuego que arde con azufre.