¿Quién es este hombre Joaquín? ¿Una vasija rota que ha sido desechada, algo que nadie quiere? ¿Por qué lo han echado a él y a sus hijos, exiliados en un país desconocido?
Joram tenía treinta y dos años cuando fue rey, y reinó en Jerusalén durante ocho años. Cuando murió, nadie lo lloró. Fue enterrado en la Ciudad de David, pero no en las tumbas reales.
Si salgo al campo, veo a los muertos por la espada; si voy a la ciudad, veo a los muertos por el hambre. Tanto los profetas como los sacerdotes vagan por el campo; no saben lo que hacen.
El Señor me dijo: Aunque Moisés y Samuel estuvieran delante de mí suplicándome en nombre de este pueblo, no me darían lástima. Envíalos lejos de mí. Haz que se vayan.
Ustedes, sin embargo, han hecho aún más mal que sus antepasados. Miren cómo todos ustedes siguieron su propio y obstinado pensamiento malvado en lugar de obedecerme.
Tendrás que renunciar a la tierra que te di. Haré que tus enemigos te conviertan en sus esclavos en un país desconocido, porque has hecho arder mi ira, que arderá para siempre.
Esto es lo que dice el Señor: Anota a este hombre como si no tuviera hijos. Es un hombre que no tendrá éxito en toda su vida. Ninguno de sus hijos tendrá éxito tampoco. Ninguno de ellos se sentará en el trono de David ni será rey en Judá.
El Señor me mostró en visión dos cestas de higos colocadas delante del Templo del Señor. Esto sucedió después de que Nabucodonosor, rey de Babilonia, llevara a Babilonia a Joaquín, hijo de Joacim, rey de Judá, así como los dirigentes de Judá y los artesanos y metalúrgicos de Jerusalén.
todo lo que Nabucodonosor, rey de Babilonia, no se llevó cuando tomó a Joaquín hijo de Joacim, rey de Judá, al exilio de Jerusalén a Babilonia, junto con todos los nobles de Judá y de Jerusalén.
Aunque prospere entre los juncos, un viento del este vendrá, un viento del Señor que se origina en el desierto secará sus fuentes y sus pozos se romperán. Yo robaré de su tesorería todo lo que tenga valor.