Biblia Todo Logo
Referencias Cruzadas
- Anuncios -




Jeremías 15:15

Versión Biblia Libre

Tú sabes lo que me pasa, Señor. Por favor, acuérdate de mí y cuida de mí. Castiga a mis perseguidores. Por favor, ten paciencia, ¡no me dejes morir! Tú sabes que soporto las críticas porque quiero honrarte.

Ver Capítulo Copiar

42 Referencias Cruzadas  

Entonces les dije a los levitas que se purificaran y vinieran a vigilar las puertas para santificar el día de reposo. Dios mío, por favor, acuérdate también de mí por haber hecho esto, y sé misericordioso conmigo a causa de tu amor digno de confianza.

También dispuse que se suministrara madera para el altar en los tiempos especificados, y que se donara la primera parte de los productos. Dios mío, acuérdate de mí favorablemente.

Por favor, Dios mío, recuérdame positivamente por todo lo que he hecho por este pueblo.

Dios mío, acuérdate de Tobías y de Sanbalat por haber hecho esto, y también de la profetisa Noadías y de los otros profetas que trataron de asustarme.

Aunque sabes que no soy culpable, nadie puede salvarme de ti.

Clamé al Señor, “Mi Dios, ¡No me arrebates mi vida mientras aún soy joven! Tú eres el único que vive para siempre.

Acuérdate de mi, por favor, cuando seas generoso con tu pueblo; piensa en mí cuando vengas a salvar.

¿Hasta cuándo tengo que esperar para que castigues a mis perseguidores?

Has conocido mis pensamientos, me has visitado por la noche, me has examinado, y no has encontrado nada malo. Me prometí a mí mismo que no diría nada indebido.

Por favor, déjame en paz para que pueda sonreír de nuevo, antes de que muera y me vaya de este mundo.

Pero por tu culpa nos matan día y noche. Somos considerados solo como ovejas listas para el sacrificio.

“Por favor, recuerda Señor cómo te he seguido fielmente con todo mi corazón. He hecho lo que es bueno a tus ojos”. Entonces Ezequías gritó y lloró.

Pero tú me conoces, Señor, me ves, y examinas lo que pienso de ti. Arrastra a esta gente como si fueran ovejas para ser sacrificadas; apártalas para el momento de su muerte.

¡Qué triste estoy, madre mía, por el hecho de que me hayas dado a luz! Soy víctima de discusiones y conflictos por donde quiera que voy en el país. Nunca le he prestado nada a nadie, ni he pedido nada prestado, pero aun así todos me maldicen.

Entonces te convertiré en un muro para esa gente, un fuerte muro de bronce. Lucharán contra ti, pero no te vencerán. Yo estoy contigo para salvarte y rescatarte, declara el Señor.

Pero no he tenido prisa por dejar de ser tu pastor. No he querido que llegara el tiempo de los problemas. Sabes que todo lo que he dicho lo he dicho delante de ti.

Pero, Señor, tú conoces todas sus conspiraciones para intentar matarme. No perdones su maldad; no borres su pecado. Derríbalos. Trata con ellos cuando estés enojado!

Pero el Señor está a mi lado como un poderoso guerrero. Por eso, los que me atacan caerán. No ganarán. Al no tener éxito quedarán totalmente deshonrados. Su vergüenza no se olvidará jamás.

Señor Todopoderoso, tú sabes sin lugar a dudas quién vive bien. Tú examinas los pensamientos y sentimientos de la gente. Así que deja que tu castigo caiga sobre ellos, porque he confiado en ti para que juzgues mi caso.

Esto se debe a que cada vez que abro la boca tengo que gritar amenazas de violencia y destrucción. El mensaje del Señor se ha convertido en la razón por la que la gente me critica y me ridiculiza todo el tiempo.

¡Págales como se merecen, Señor, por todo lo que han hecho!

Persíguelos en tu cólera, Señor, y deshazte de ellos de la tierra!

Todo el mundo los odiará a ustedes porque ustedes me siguen a mi, pero todo aquél que persevere hasta el fin, será salvo.

Todos los que dejan su hogar, a sus hermanos, a sus hermanas, a sus padres, a sus madres, a sus hijos y sus campos por mi causa, recibirán cien veces más y recibirán la vida eterna.

Todos los aborrecerán por mi causa.

Queridos amigos, no procuren la venganza, más bien dejen que Dios sea quien haga juicio—tal como señala la Escritura: “‘Es a mí a quien corresponde administrar la justicia, yo pagaré,’ dice el Señor”.

¿Quién puede separarnos del amor de Cristo? ¿Acaso la opresión, la angustia, o la persecución? ¿O acaso el hambre, la pobreza, el peligro, o la violencia?

Sabiendo lo que es el temor al Señor, tratamos de convencer a otros. Para Dios es claro lo que somos, y espero que esté claro en sus mentes también.

Alexander, el herrero, me causó muchos problemas. Que Dios lo juzgue por lo que hizo.

Cielos, creyentes, apóstoles y profetas, celebren lo que le ha ocurrido, porque Dios la ha condenado a ella así como ella los condenó a ustedes.

Y clamaban, diciendo: “¿Hasta cuándo, Señor, que eres santo y verdadero, harás juicio y traerás justicia sobre aquellos en la tierra que derramaron nuestra sangre?”

Sansón clamó al Señor: “Señor Dios, por favor acuérdate de mí y dame fuerzas. Por favor, Dios, hazlo sólo una vez más, para que con un acto pueda pagar a los filisteos en venganza por la pérdida de mis dos ojos”.




Síguenos en:

Anuncios


Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos