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Referencias Cruzadas

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Isaías 8:21

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Vagarán por el país, deprimidos y hambrientos. Cuando estén hambrientos se pondrán furiosos, y mirando hacia arriba maldecirán a su rey y a su Dios.

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25 Referencias Cruzadas  

Para el noveno día del cuarto mes, la hambruna en la ciudad era tan grave que la gente no tenía nada que comer.

Mientras Eliseo seguía hablando con ellos, llegó el mensajero. El rey dijo: “Este desastre viene del Señor. ¿Por qué debo esperar más al Señor?”

Pero si extiendes tu mano y le quitas todo lo que tiene, sin duda te maldecirá en tu cara”.

El hambre les quita las fuerzas; el desastre los espera cuando caen.

Pero extiende tu mano y hiere sus huesos y su carne, y verás que definitivamente te maldecirá en tu cara”.

Su mujer le dijo: “¿Aún te aferras a tu integridad? Maldice a Dios y muérete”.

“No desprecies a Dios ni maldigas al líder de tu pueblo.

La gente destruye su vida por causa de su propia estupidez, y se enojan con el Señor.

Los pobres tendrán comida y los necesitados vivirán con seguridad, pero ustedes los filisteos morirán de hambre, y yo matará a los que sobrevivan.

Dos tragedias te han golpeado: la devastación causada por el hambre y la destrucción causada por la guerra. ¿Quién va a simpatizar contigo? ¿Quién te va a consolar?

Por eso no tenemos justicia, y no hacemos lo que es justo. Buscamos la luz, pero sólo encontramos la oscuridad; buscamos la luz brillante, pero caminamos en la oscuridad profunda.

Así que esto es lo que dice el Señor: Mis siervos comerán, pero ustedes tendrán hambre. Mis siervos beberán, pero ustedes tendrán sed. Mis siervos festejarán, pero ustedes se avergonzarán.

La gente destruye a los que están a su diestra, pero siguen teniendo hambre de más; luego destruyen a los que están a su siniestra, pero siguen sin estar satisfechos. Al final incluso se destruyen a sí mismos!

Manasés destruye a Efraín, y Efraín destruye a Manasés. Juntos se vuelven para destruir a Judá. En todo esto él sigue enojado y su mano sigue alzada.

Si salgo al campo, veo a los muertos por la espada; si voy a la ciudad, veo a los muertos por el hambre. Tanto los profetas como los sacerdotes vagan por el campo; no saben lo que hacen.

Para el noveno día del cuarto mes, la hambruna en la ciudad era tan grave que la gente no tenía nada que comer.

El hijo de la mujer israelita maldijo el nombre del Señor. Así que lo llevaron ante Moisés. (Su madre se llamaba Selomit, hija de Dibri, de la tribu de Dan).

Ese día ustedes suplicarán ser rescatados del rey que han elegido, pero el Señor no les responderá”.




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