Serán llamados sacerdotes del Señor, identificados como ministros de nuestro Dios. Disfrutarán de las riquezas de las naciones y estarán orgullosos de tenerlas.
Sin embargo, sus beneficios y lo que gane será consagrado al Señor. No se guardará ni ahorrará, porque sus ganancias de los negocios irán a los que adoran al Señor, para proveerlos de abundante comida y buenas ropas.
Te vas a extender a diestro y siniestro; tus descendientes se apoderarán de la tierra de otras naciones y vivirán en ciudades que antes estaban abandonadas.
En cuanto a los extranjeros que se han consagrado al Señor, que lo adoran, que aman al Señor y que son sus servidores, todos los que observan el sábado sin violarlo y que cumplen mi acuerdo,
Esto es lo que dice el Señor: ¡Mira! Voy a darle paz y prosperidad como un río que fluye, la riqueza de las naciones como un arroyo que se desborda. Te amamantará y te llevará en su cadera y jugará contigo en sus rodillas.
Esto es para que el pueblo de Israel no me abandone más y no se ensucie con todos sus pecados. Entonces serán mi pueblo y yo seré su Dios, declara el Señor Dios”.
Así que yo los animo, mis hermanos y hermanas, por la compasión de Dios por ustedes, que dediquen sus cuerpos como una ofrenda viva que es santa y agradable a Dios. Esta es la manera lógica de adorar.
¿Quién es Apolos, después de todo? ¿Y quién es Pablo? Nosotros solo somos siervos por medio de los cuales ustedes llegaron a creer. Cada uno de nosotros hace la obra que Dios nos asignó.
¿Es porque son siervos de Cristo? (Esto podría sonar como una locura). Pero yo he hecho mucho más. He trabajado con más esfuerzo, me han llevado preso en muchas más ocasiones, me han azotado más veces de las que puedo contar, he enfrentado la muerte una y otra vez.
En lugar de ello tratamos de demostrar que somos buenos siervos de Dios en todas las formas posibles. Con mucha paciencia soportamos todo tipo de problemas, dificultades y angustias.
ustedes también se convierten en piedras vivas, edificadas en una casa espiritual. Ustedes son sacerdocio santo que ofrece sacrificios espirituales y que Dios recibe con agrado por medio de Jesucristo.
En cambio, ustedes son una familia elegida de manera especial, un sacerdocio real, una nación santa, un pueblo que pertenece a Dios. Por eso, pueden revelar las cosas maravillosas que él ha hecho, al sacarlos de la oscuridad a su luz admirable.
¡Benditos y santos son los que tienen parte en la primera resurrección! Porque la segunda muerte no tiene poder sobre ellos. Ellos serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él durante mil años.