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Referencias Cruzadas

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Isaías 59:3

Versión Biblia Libre

Tus manos están cubiertas de sangre y tus dedos manchados de culpa, tus labios hablan mentiras y tu boca susurra cosas malas.

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31 Referencias Cruzadas  

los ojos arrogantes, una lengua mentirosa, las manos que matan al inocente,

Cuando alzan sus manos hacia mí para orar, miro hacia otro lado. Aunque hagan muchas oraciones, no les prestaré atención, porque sus manos están llenas de sangre.

¡La ciudad que solía ser fiel se ha convertido ahora en una prostituta! Antes actuaba bajo los principios de justicia y seguía lo correcto, pero ahora sólo viven en ella asesinos.

Ustedes afirman: “Hemos hecho un acuerdo con la muerte; tenemos un contrato con la tumba. Cuando pase el terrible desastre, no nos afectará, porque nuestras mentiras nos protegen y nos escondemos en nuestros propios engaños”.

Porque Jerusalén y Judá han caído por causa de lo que dijeron e hicieron en contra del Señor, rebelándose delante de él.

Porque son un pueblo rebelde, hijos de mentira, que se niegan a escuchar las instrucciones del Señor.

Se alimenta de cenizas, seducido por el pensamiento engañoso de su mente. No puede salvarse a sí mismo, y ni siquiera se pregunta: “¿No es este ídolo que sostengo sólo una mentira?”

Te hemos desobedecido y negado, Señor; hemos dado la espalda a nuestro Dios. Hemos fomentado la opresión y la rebelión, diciendo mentiras que hemos pensado cuidadosamente.

Yo grité: “¡Estoy condenado! Voy a morir porque soy un hombre de labios impuros, y vivo en medio de un pueblo de labios impuros, porque he visto al Rey, al Señor Todopoderoso”.

Los ancianos y la gente honrada son la cabeza, y los profetas que enseñan la mentira son la cola.

Fue inútil que castigara a tus hijos porque se negaron a aceptar cualquier disciplina. Usaste tus propias espadas para matar a tus profetas, destruyéndolos como un león feroz.

Además, tus ropas están manchadas con la sangre de los pobres y de los inocentes. No es que los hayas matado entrando en tus casas. A pesar de todo esto,

Pero lo único que buscas, lo único en lo que piensas, es en conseguir lo que quieres, aunque sea de forma deshonesta. Matas a los inocentes, maltratas con violencia y explotas a tu pueblo.

¡Pero mírense! Seguís creyendo en estos engaños, en estas palabras sin valor.

Ojalá tuviera un refugio temporal en el desierto; renunciaría a mi pueblo y lo abandonaría, porque todos son adúlteros, una banda de traidores.

Así que esto es lo que dice el Señor Todopoderoso: Mira, voy a probarlos y a purificarlos como el metal en un horno. ¿Qué más puedo hacer por lo que ha hecho mi pueblo?

“Así que esto es lo que dice el Señor: Ya que han dicho mentiras y han afirmado ver visiones falsas, entonces tengan cuidado, porque estoy contra ustedes, declara el Señor Dios.

“Entonces, hijo de hombre, ¿estás dispuesto a juzgarlos? ¿Estás listo para juzgar a la gente de esta ciudad que ha causado tanto derramamiento de sangre? Haz que enfrenten todas las cosas repugnantes que han hecho,

Así que mientras yo viva, declara el Señor Dios, dejaré que te ataquen violentamente y te persigan. Como no odiaste el derramamiento de sangre, el derramamiento de sangre vendrá tras de ti.

Prepara las cadenas, porque el país está lleno de sangre derramada por crímenes violentos, y la ciudad misma está llena de violencia.

“Los pecados del pueblo de Israel y de Judá son realmente terribles”, respondió. “Todo el país está lleno de asesinos, y los que viven en la ciudad son criminales. Dicen: ‘El Señor ha abandonado nuestro país. No puede ver lo que estamos haciendo’.

Por el contrario, solo hay maldiciones, mentiras, asesinatos, robos y adulterio. Cometen actos violentos y hay gran derramamiento de sangre.

¡Grande es el desastre que viene sobre ellos por haberse alejado de mi! ¡Serán destruidos por haberse rebelado contra mi! Yo quisiera poder redimirlos, pero ellos me calumnian.

Alegran a su rey con su maldad, y a los príncipes con mentiras.

Entonces ellos clamarán al Señor, pero él no les responderá. Se ocultará de ellos en ese momento, por el mal que han hecho.

Los ricos entre tu pueblo ganan el dinero con violencia. Ellos mienten y engañan.

Se han ido todas las buenas personas, no queda ninguno que haga el bien. Todos procuran asesinar a otros; tratan de tender trampas hasta a sus propios hermanos.

“¡He pecado! ¡He entregado sangre inocente!” les dijo. “¿A nosotros qué nos importa eso?” respondieron ellos. “¡Ese es tu problema!”

Estos mentirosos hipócritas, cuyas conciencias han sido cauterizadas,




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