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Referencias Cruzadas

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Isaías 54:9

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Para mí, esto es igual que el tiempo de Noé, cuando prometí bajo juramento que un diluvio no volvería a cubrir la tierra. Del mismo modo, prometo bajo juramento que no me enfadaré contigo ni te regañaré.

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18 Referencias Cruzadas  

El Señor aceptó tal sacrificio, y dijo para sí mismo: “No volveré a maldecir a la tierra por culpa de los seres humanos, aunque cada uno de sus pensamientos sea perverso desde su niñez. Y no volveré a destruir a los seres vivos como lo acabo de hacer.

Olvidarás tu miseria, recordándola sólo como agua bajo el puente.

Pusiste un límite para los océanos, para que no regresaran y volvieran a cubrir la tierra.

En ese momento dirás: “¡Te alabaré, Señor! Aunque estabas enojado conmigo, tu ira ha pasado, y ahora me consuelas.

Mira a tu alrededor. Ve a todos tus hijos reuniéndose y volviendo a ti. Mientras yo viva, declara el Señor, los llevarás a todos como joyas, poniéndoselos con orgullo como a una novia.

Esto es lo que dice tu Señor, tu Dios, que defiende la causa de su pueblo: Mira, te he quitado la copa que te hacía tambalear. Nunca más tendrás que beber de esa copa, la copa de mi ira.

Mira a los cielos y mira a la tierra de abajo. Los cielos desaparecerán como el humo, la tierra se desgastará como la ropa vieja. Los pueblos que la habitan morirán como moscas, pero mi salvación durará para siempre, y mi camino de bondad y de derecho nunca será destruido.

Las polillas se los comerán como si fueran ropa; los insectos los masticarán como si fueran lana. Pero mi bondad durará para siempre, mi salvación perdurará por todas las generaciones.

De la misma manera, las palabras que digo no vuelven a mí sin cumplirse, sino que logran lo que yo quiero: alcanzan con éxito mi propósito.

El Señor ha hecho una promesa solemne, jurando por su poder y su fuerza: No volveré a dejar que tus enemigos se coman tu grano, ni que los extranjeros se beban el vino nuevo que tanto has trabajado.

Esto es lo que dice el Señor: Sólo si se pudieran medir los cielos de arriba y se pudieran investigar los cimientos de la tierra de abajo, rechazaría yo a todos los descendientes de Israel por todo lo que han hecho, declara el Señor.

Entonces dejaré de estar celoso y furioso contigo. Me calmaré y no me enfadaré más.

Comerás en mi mesa hasta saciarte, consumiendo caballos y jinetes, hombres poderosos y toda clase de guerreros, declara el Señor Dios.

Ya no los abandonaré, porque llenaré al pueblo de Israel con mi Espíritu, declara el Señor Dios”.




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