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Referencias Cruzadas

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Isaías 53:11

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Después de su sufrimiento, verá los resultados y quedará satisfecho. A través de su conocimiento, mi siervo que hace lo que es correcto, enderezará a muchos, y cargará con sus pecados.

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37 Referencias Cruzadas  

¡Mira! Aquí está mi siervo, el que yo sostengo; mi elegido que me complace. He puesto mi Espíritu sobre él, y él mostrará a las naciones lo que es correcto.

Pero en el Señor todos los descendientes de Israel serán reconciliados, y se gloriarán en él.

Me dijo: “Tú eres mi siervo, Israel, y por medio de ti revelaré mi gloria”.

Mira: mi siervo actuará con sabiduría; será muy alabado, será elevado en su posición y visto como alguien a quien la gente admira.

Por eso le concederé un lugar entre los grandes y le daré el premio de los vencedores, porque derramó su vida en la muerte y fue contado como uno de los rebeldes. Tomó sobre sí los pecados de muchos y pidió perdón por los rebeldes.

Por la fuerza y una sentencia de muerte fue asesinado —¿a quién le importaba lo que le ocurriera? Lo ejecutaron, lo sacaron de la tierra de los vivos; lo mataron por la maldad de mi pueblo.

Los sabios brillarán como el cielo; los que han enseñado a muchos el buen camino de la vida brillarán como las estrellas por los siglos de los siglos.

“Se han asignado setenta semanas a tu pueblo y a tu ciudad santa para hacer frente a la rebelión, para poner fin al pecado, para perdonar la maldad, para traer la bondad eterna, para confirmar la visión y la profecía, y para ungir el Lugar Santísimo.

De la misma manera, el Hijo del hombre no vino a que le sirvan, sino a servir, y a dar su vida como rescate para muchos”.

Y Jesús oraba mucho más, con terrible angustia, y su sudor caía como gotas de sangre sobre suelo.

Les digo la verdad: hasta que un grano de trigo no se plante en la tierra y muera, sigue siendo un grano. Pero si muere, produce muchos más granos de trigo.

Una mujer que está en proceso de parto sufre de dolores porque ha llegado el momento, pero cuando el bebé nace, ella olvida la agonía por la alegría de que ha llegado un niño al mundo.

La vida eterna es esta: conocerte, a ti que eres el único Dios verdadero, y a Jesucristo a quien enviaste.

También fueron escritas para beneficio de nosotros, para los que seremos considerados justos porque confiamos en Dios, quien levantó a nuestro Señor Jesús de los muertos.

Ahora que somos justificados por su muerte, podemos estar totalmente seguros de que él nos salvará del juicio que viene.

Algunos de ustedes eran así, pero han sido limpiados y santificados. Han sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo, y en el Espíritu de nuestro Dios.

Porque el Dios que dijo: “Que brille la luz en medio de la oscuridad”, brilló en nuestros corazones para iluminar el conocimiento de la gloria de Dios en el rostro de Jesucristo.

Mis queridos amigos, quiero trabajar a su lado hasta que el carácter de Cristo se haya duplicado en ustedes.

Debemos seguir con la mirada puesta en Jesús, el autor y perfeccionador de nuestra fe en Dios. Pues por el gozo que tenía delante, Jesús soportó la cruz, sin importarle su vergüenza, y se sentó a la diestra del trono de Dios.

del mismo modo ocurre con Cristo. Pues al haber sido sacrificado una sola vez para quitar los pecados de muchos, vendrá otra vez, no para hacerse cargo del pecado, sino para salvar a quienes lo esperan.

Tomó las consecuencias de nuestros pecados sobre sí mismo en su cuerpo en la cruz para que nosotros pudiéramos morir al pecado y vivir en justicia. “Por sus heridas, somos sanados”.

Y Jesús murió por culpa de los pecados, una vez y para siempre, el Único que es completamente verdadero y justo, por aquellos que somos malos, para poder llevarnos a Dios. Fue llevado a muerte en su cuerpo, pero vino a la vida en el espíritu.

Deseo que crezcan en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. ¡A él sea la gloria, ahora y por siempre! Amén.

Queridos hijos míos, les escribo esto para que no pequen. Pero si alguno peca, tenemos a alguien que nos defiende ante el Padre, a Jesucristo, que es verdaderamente justo.

Esta carta viene de parte del anciano a la dama escogida y a sus hijos, a quienes amo en la verdad. No solo de mi parte, sino de parte de todos los que conocen la verdad,

Que la gracia, la misericordia y la paz sigan con nosotros, de parte de Dios el Padre y de Jesucristo, el Hijo del Padre, en verdad y en amor.




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