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Referencias Cruzadas
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Isaías 51:9

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¡Por favor, despierta, despierta! ¡Usa tu fuerza, poderoso Señor! Actúa como en los viejos tiempos, en las generaciones anteriores. ¿No fuiste tú quien cortó a Rahab en pedazos, ¿quién mató a ese monstruo marino?

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40 Referencias Cruzadas  

Calmó el mar con su poder; porque sabía qué hacer aplastó a Rahab.

Dios no refrena su ira, y aplasta a los ayudantes de Rahab.

Levántate, Señor, ¡Porque eres fuerte! ¡Cantaremos y te alabaremos por tu poder!

Dios, hemos escuchado con nuestros propios oídos, nuestros antepasados nos han dicho todo lo que tú hiciste en sus épocas, mucho tiempo atrás.

Con tu poder quitaste del camino a las otras naciones, estableciste a nuestros antepasados en el lugar que les pertenecía; derrotaste a las naciones y enviaste a nuestros ancestros a ocupar la tierra que les habías prometido.

¡Despiértate Señor! ¿Por qué estás durmiendo? ¡Levántate! ¡No nos des la espalda por siempre!

¿Por qué apartas tu vista de nosotros y no de tas cuenta de nuestra miseria y sufrimiento?

Incluso aunque no soy culpable corren para prepararse para atacarme. Por favor levántate, ven y ayúdame, y ve lo que está pasando.

Levántate, Señor, y en tu ira álzate contra mis enemigos. ¡Despiértate, Señor, y hazme justicia!

Pienso en los viejos tiempos, que fueron hace tantos años.

Entonces el Señor reaccionó como si hubiera despertado del sueño, como un guerrero que se despierta después de embriagarse con vino.

Aplastaste a Rahab (el mostruo marino) hasta la muerte; dispersaste a tus enemigos con tu poder.

Los cielos te pertenecen, y la tierra también; tú hiciste el mundo, y todo lo que en él está.

¡El Señor reina, revestido en majestad! Él usa sus mantos reales, con su poder, usado llevado cinturón. El mundo se mantiene unido firmemente, no puede ser destruido.

“Así que di a los israelitas: ‘Yo soy el Señor y los salvaré del trabajo forzoso que les imponen los egipcios; yo los liberaré su esclavitud. Los rescataré usando mi poder e imponiendo fuertes castigos.

En ese momento el Señor tomará su espada afilada, grande y fuerte, y castigará a Leviatán, la serpiente escurridiza, y a Leviatán, la serpiente enroscada, y matará al dragón del mar.

El apoyo de Egipto es un soplo de viento vacío. Por eso la llamo Orgullo Sentado.

¡Despierta, despierta! ¡Levántate, Jerusalén! Has bebido de la copa de la ira del Señor que te entregó. La has apurado hasta el fondo de la copa, la bebida que hace tambalear a la gente.

Pronto llegará mi gobierno de justicia. Viene mi salvación. Mi poder traerá el juicio a las naciones. Las tierras lejanas me esperan a mí y a mi poder.

¡Despierta, despierta, Sión! ¡Sé fuerte! Ponte tus mejores galas, Jerusalén, la ciudad santa. Los extranjeros paganos no volverán a entrar en ti.

El Señor ha demostrado su santo poder a todas las naciones; el mundo entero verá la salvación de nuestro Dios.

¿Ha creído alguien en nuestras noticias? ¿A quién ha mostrado el Señor su poder?

El Señor ha hecho una promesa solemne, jurando por su poder y su fuerza: No volveré a dejar que tus enemigos se coman tu grano, ni que los extranjeros se beban el vino nuevo que tanto has trabajado.

Dile que esto es lo que dice el Señor Dios: “Cuidado, porque te voy a condenar, Faraón rey de Egipto, gran monstruo que yace en tus ríos, que dice: ‘El Nilo me pertenece; yo mismo lo hice’.

Como cuando saliste de la tierra de Egipto, yo haré milagros a tu favor.

Grande es el desastre que viene sobre ti, que le dices a un objeto de madera: “¡Levántate!” o a una piedra inerte: “¡Ponte de pie!” ¿Puede acaso enseñarte algo? ¡Míralo! Está cubierto en oro y plata, pero no hay vida en su interior.

Saliste a salvar a tu pueblo, a salvar a tu pueblo escogido. Destruiste la cabeza de los malvados, despojándolos hasta los huesos.

Pasarán a través del mar de la angustia y golpearán las olas del mar, y las aguas del Nilo se secarán. El orgullo de Asiria quedará destruido, y Egitpto perderá su poder.

Callen ante el Señor, todos ustedes, porque él se ha levantado del lugar santo donde habita.

Con su poder él ha destruido en pedazos a quienes con arrogancia piensan que son muy sabios.

Esto era en cumplimiento del mensaje del profeta Isaías, quien dijo: “Señor, ¿quién ha creído en lo que hemos dicho? ¿A quién le ha sido revelado el poder del Señor?”

Luego Dios dijo: ‘Yo castigaré a la nación que los tome como esclavos. Y al final saldrán de allí y vendrán aquí a adorarme’.

¿Ha intentado algún dios sacar una nación de otra nación y hacerla suya, usando pruebas y señales y milagros y guerra – con su gran poder e increíble fuerza y acciones aterradoras – como el Señor su Dios lo hizo por ustedes en Egipto, ante tus propios ojos?

Y decían: “Te agradecemos, Oh, Señor, el Todopoderoso, el que era y es, porque has retomado tu gran poder y has afirmado tu gobierno”.

Y el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama Diablo y Satanás, y que engaña a todo el mundo, fue lanzado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.

“Perdona, mi señor, pero si el Señor está con nosotros, ¿por qué nos ha pasado todo esto?” respondió Gedeón. “¿Dónde están todos sus maravillosos milagros que nos recordaban nuestros antepasados cuando decían: ‘¿No fue el Señor quien nos sacó de Egipto?’. Pero ahora el Señor nos ha abandonado y nos ha entregado a los madianitas”.




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