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Referencias Cruzadas

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Isaías 45:2

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Iré delante de ti y arrasaré los montes. Derribaré las puertas de bronce y cortaré las barras de hierro.

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17 Referencias Cruzadas  

Porque Él rompe las puertas de bronce, y corta las barras de hierro.

Levanten un estandarte en la cima de una colina desnuda; grítenles; agiten la mano para animarlos a entrar en los palacios de los príncipes.

¡Lloren, puertas! ¡Llora, ciudad! ¡Fúndanse en la hazaña, todos los filisteos! Porque una nube de humo se acerca desde el norte: un ejército que no tiene soldados.

La ciudad está en un horrible estado de ruina; sus puertas han sido derribadas.

Rellenen todos los valles; allanen todos los montes y colinas; allanen el terreno irregular; allanen los lugares escabrosos.

Llevaré a los ciegos por un camino que no conocen; los guiaré por senderos que no conocen. Convertiré las tinieblas en luz ante ellos, y allanaré las asperezas. Esto es lo que voy a hacer por ellos; no los defraudaré.

Porque hago lo correcto, lo animaré y allanará todos los caminos que tome. Reconstruirá mi ciudad y liberará a mis exiliados sin que le paguen ni le sobornen para hacerlo, dice el Señor Todopoderoso.

Yo mismo he hablado. Lo he llamado a hacer esto, y tendrá éxito en lo que haga.

“Ve y dile a Hananías que esto es lo que dice el Señor: Has roto un yugo de madera, pero lo has sustituido por un yugo de hierro.

Los defensores de Babilonia han renunciado a luchar; se han quedado sentados en sus fortalezas. Están agotados; se han vuelto como mujeres asustadas. Las casas de Babilonia están en llamas; los barrotes que aseguran sus puertas han sido destrozados.

Esto es lo que dice el Señor Todopoderoso: Las enormes murallas de Babilonia serán derribadas hasta los cimientos y sus altas puertas serán quemadas. Todo lo que el pueblo trabajó no servirá para nada; las otras naciones que vinieron a ayudar se agotarán, sólo para ver que lo que han hecho arderá en llamas.

Dividido: tu reino ha sido dividido y entregado a los medos y a los persas”.

Observé cómo el carnero embestía hacia el oeste, el norte y el sur. Ningún animal podía enfrentarse a él, ni había posibilidad alguna de librarse de su poder. Hacía lo que quería y se hizo poderoso.

¡Mira! tus soldados son mujeres de entre tu pueblo. Las puertas de tu nación están abiertas de par en par ante tus enemigos. Los barrotes de las puertas serán quemados.

Todo valle será rellenado, y toda montaña será allanada. Las curvas serán enderezadas, y los caminos ásperos serán suavizados.

Durante esta ocasión Pedro se puso en pie y se dirigió a una multitud de aproximadamente ciento veinte creyentes que se habían reunido.




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