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Referencias Cruzadas
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Isaías 41:10

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¡No tengan miedo, porque yo estoy con ustedes! No tengan miedo, porque yo, su Dios, los haré fuertes, y ciertamente los ayudaré. Los apoyaré con mi mano fuerte, actuando a favor de lo que es justo.

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63 Referencias Cruzadas  

Después de todo esto, Dios habló con Abrán en una visión, y le dijo: “¡No tengas miedo, Abrán! ¡Yo soy tu protector, y tu gran recompensa!”

Y esa noche el Señor se le apareció y le dijo: “Yo soy el Dios de tu padre Abraham. No tengas miedo, porque yo estoy contigo. Te bendeciré y te daré muchos descendientes por causa de mi siervo Abraham”.

“He notado que su padre me está tratando diferente a la manera como me trataba antes”, les dijo. “Pero el Dios de mi padre estará conmigo.

Pero él mantuvo su arco firme, y sus brazos y manos se movieron rápidamente con la fuerza del Poderoso de Jacob, que se llama el Pastor, la Roca de Israel.

Se abalanzaron sobre mí en mi peor momento, pero el Señor me sostuvo.

Entonces el Espíritu vino sobre Amasai, el líder de los Treinta. “¡Somos tuyos, David, y estamos contigo, hijo de Isaí! Que la paz, la prosperidad y el éxito sean tuyos y de los que te ayuden, porque Dios es el que te ayuda”. Así que David les permitió unirse a él, y los puso al frente de su ejército.

Pero no es necesario que luches en esta batalla. Sólo quédense quietos y observen la victoria del Señor. Él está contigo, Judá y Jerusalén. ¡No tengan miedo ni se desanimen! Marchen a enfrentarlos, porque el Señor está con ustedes”.

Él tiene ayuda humana, pero nosotros tenemos al Señor Dios de nuestro lado para ayudarnos y librar nuestras batallas”. El pueblo se animó con este discurso de Ezequías, rey de Judá.

Libérame. Rescátame de la opresión de enemigos de otras naciones. Ellos son mentirosos y hablan con engaños aún bajo juramento.

Ellos son mentirosos, y hablan con engaño aún bajo juramento.

El Señor ayuda a los caídos y levanta a los que están abatidos.

¡Alaba al Señor, Jerusalén! ¡Sión, alaba a tu Dios!

Me diste un espacio en el cual caminar, e impediste que mi pie resbalara.

¡El Señor es mi luz y mi salvación! ¿Quién podrá asustarme? ¡El Señor es la fortaleza de mi vida! ¿De quién he de sentirme aterrorizado?

El Señor le da fuerza a su pueblo; el Señor los bendice con paz.

Feliz es la nación cuyo Dios es el Señor, el pueblo que ha escogido como enteramente suyo.

Porque el poder de los malos se romperá, pero el Señor ayuda a los que viven en rectitud.

Aunque tropiecen, no caerán al suelo, porque el Señor sostiene su mano.

Me ayudarás gracias a mi integridad, me mantendrás en tu presencia para siempre.

El Señor todopoderoso está con nosotros; El Dios de Jacob nos protege. Selah.

El Señor Todopoderoso está con nosotros; El Dios de Jacob nos protege. Selah.

Me aferro a ti y tus fuertes brazos me levantan.

En tu bondad nos respondes a través de las cosas maravillosas que haces, oh Dios, por nuestra salvación. Todos los habitantes de la tierra pueden confiar en ti, incluso los que navegan en océanos lejanos.

y tiene poder real. Tú amas la justicias; tomas decisiones imparciales. Te has asegurado que todo esté hecho con rectitud y de acuerdo a lo que está bien.

Pero Moisés le dijo al pueblo: “No tengan miedo. Quédense donde están y verán cómo el Señor nos salvará hoy. Los egipcios que ven ahora, ¡no los volverán a ver nunca más!

Moisés les dijo: “No teman, porque Dios sólo ha venido a probarlos. Quiere que le tengan miedo para que no pequen”.

¡Mira! ¡Dios es mi salvación! ¡Confiaré en él y no tendré miedo! Porque el Señor es mi fuerza y mi canción, y me ha salvado”.

Diles a los que tienen miedo: ¡Sean fuertes! ¡No tengan miedo! Miren que su Dios viene a castigar a sus enemigos, y vendrá con la retribución divina para salvaros.

éste les respondió: “Díganle a su amo: Esto es lo que dice el Señor: No te asustes por las palabras que has oído, las que usan los servidores del rey de Asiria para blasfemar contra mí.

“¡No tengan miedo, porque yo estoy con ustedes! Los traeré a ustedes y a sus hijos desde el este y el oeste, y los reuniré.

Esto es lo que dice el Señor, el que te hizo, el que te formó en el vientre y el que te ayudará: No temas, Jacob, siervo mío, Jesurún, el que yo he elegido.

Esto es lo que dice el Señor: Te responderé en el momento oportuno; te ayudaré en el día de la salvación. Me ocuparé de ti, y te entregaré al pueblo como mi acuerdo con él, para restaurar la tierra y reasignar las partes que han sido abandonadas.

El Señor Dios me defiende. ¿Quién va a declararme culpable? ¡Miren! Los que lo intenten se desharán como la ropa vieja, devorada por las polillas.

¡Qué espectáculo tan maravilloso en las montañas es el que corre a traer buenas noticias, anunciando la paz y la buena nueva, anunciando la salvación, diciendo a Sión: “Tu Dios reina!”

No necesitarás la luz del sol durante el día, ni la luz de la luna por la noche, porque el Señor, tu Dios, será tu luz eterna, y tu Dios será tu gloria.

Viniste a mí cuando te llamé, y me dijiste: “¡No tengas miedo!”

“No tengas miedo, Daniel”, me dijo. “Desde el primer día en que te concentraste en tratar de entender esto, y en humillarte ante Dios, tu oración fue escuchada, y yo he venido a responderte.

Finalmente, el rey dio la orden y Daniel fue llevado y arrojado al foso de los leones. El rey le dijo: “¡Que te salve el Dios al que tan lealmente sirves!”.

Entonces el Señor le dijo a Oseas: “Ponle por nombre Lo-ammi, porque ustedes ya no son mi pueblo y yo ya no soy su Dios.

Entonces Ageo, el mensajero del Señor, entregó el mensaje del Señor diciéndole al pueblo “¡Yo estoy contigo!” dice el Señor.

Tal como se los prometí cuando salieron de Egipto, mi Espíritu sigue entre ustedes. ¡No teman!

Yo los haré fuertes en el Señor, y ellos seguirán todo lo que él diga, declara el Señor.

Yo fortaleceré al pueblo de Judá. Salvaré al pueblo de José. Los traeré de vuelta a casa porque cuido de ellos. Será como si nunca los hubiera rechazado, porque yo soy el Señor su Dios y atenderé sus clamores de ayuda.

Yo pondré este tercio en el fuego, y lo refinaré como la plata, los probaré como se prueba al oro. Ellos clamarán por mi ayua, y yo les responderé. Diré: “Este es mi pueblo”, y ellos dirán: “El Señor es mi Dios”.

Pero el ángel le dijo: “No tengas miedo, Zacarías. Tu oración ha sido escuchada, y tu esposa Isabel concebirá de ti un hijo, y le llamarás Juan.

“No te preocupes, María”, siguió diciendo el ángel, “pues Dios te ha mostrado su gracia.

¿Cuál es, entonces, nuestra respuesta a todo esto? Si Dios está a nuestro favor, ¿quién puede estar en contra de nosotros?

Pero él me dijo: “Mi gracia te bastará, pues mi poder se hace eficaz en la debilidad”. Por eso me jacto felizmente de mis debilidades, para que habite en mí el poder de Cristo.

le ruego que, de sus riquezas de gloria, los fortalezca con poder en lo más íntimo de su ser por medio de su Espíritu.

Cuando vayas a la guerra con tus enemigos y veas caballos y carros, y un ejército más grande que el tuyo, no les tengas miedo, porque el Señor tu Dios que te sacó de Egipto está contigo.

¡Todo lo puedo en Cristo, porque él me fortalece!

No te olvides lo que te dije: ¡Sé fuerte! ¡Sé valiente! ¡No tengas miedo! ¡No te desanimes! Porque el Señor tu Dios está contigo dondequiera que vayas”.

“Yo estaré contigo”, le dijo el Señor. “Derrotarás a los madianitas como si fueran un solo hombre”.




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