Derriba a los líderes; hace que los gobernantes del mundo sean como nada.
Él expulsa a los sacerdotes, despojados de sus vestimentas religiosas, y derriba a los poderosos.
Derrama el desprecio sobre los príncipes y les quita el poder de los fuertes.
Derrama su desprecio hacia sus líderes, haciéndolos vagar, perdidos en el desierto.
Porque él humilla a los líderes orgullosos. Y aterroriza a los reyes de la tierra.
Los que miran con arrogancia serán abatidos; los soberbios serán humillados. En ese día sólo el Señor será exaltado.
El Señor ha reservado un día en el que se ocupará de los orgullosos y arrogantes. Acabará con toda la altivez, y los derribará.
El Señor Todopoderoso lo planeó, para humillar su orgullo en toda su gloria, y para derribar a todos los que reciben honores mundanos.
Sus nobles no tendrán nada que llamar reino; todos sus príncipes desaparecerán.
La tragedia viene a ustedes que son sabios en sus propios ojos y se creen muy inteligentes.
Yo eliminaré a su rey y a todos sus príncipes con él, dice el Señor.