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Referencias Cruzadas
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Isaías 38:1

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Por aquel entonces Ezequías cayó muy enfermo y estaba a punto de morir. El profeta Isaías, hijo de Amoz, se dirigió a él y le dijo: “Esto es lo que dice el Señor: Pon en orden tus asuntos, porque vas a morir. No te recuperarás”.

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16 Referencias Cruzadas  

David respondió: “Mientras el niño vivía, ayunaba y lloraba en voz alta, porque pensaba: ‘Tal vez el Señor se apiade de mí y lo deje vivir’.

Cuando Ahitofel se dio cuenta de que su consejo había sido ignorado, ensilló su burro y se fue a su casa en la ciudad donde vivía. Puso en orden sus asuntos y luego se ahorcó. Murió y fue enterrado en la tumba de su padre.

Por aquel entonces Ezequías cayó enfermo y estuvo a punto de morir. Entonces oró al Señor, quien le respondió sanándolo y dándole una señal milagrosa.

Todo lo que hagas, hazlo con todas tus fuerzas, porque cuando vayas a la tumba ya no habrá trabajo ni pensamiento, ni conocimiento ni sabiduría.

Esta es la visión que Isaías, hijo de Amoz, vio sobre Judá y Jerusalén en los reinados de Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá.

Envió a Eliaquim, el administrador del palacio, a Sebna, el escriba, y a los principales sacerdotes, todos vestidos de saco, a ver al profeta Isaías, hijo de Amoz.

Entonces Isaías, hijo de Amoz, envió un mensaje a Ezequías, diciendo: “Esto es lo que dice el Señor, el Dios de Israel: Como me has orado acerca de Senaquerib, rey de Asiria,

Y Dios vio lo que habían hecho, y que abandonaron sus malos caminos, y cambió de parecer, y no llevó a cabo la destrucción que había anunciado.

Jonás entró a la ciudad caminando por un día, y gritaba: “¡En cuarenta días Nínive será destruida!”

Sin embargo, durante esos días ella se enfermó y murió. Y después de lavar su cuerpo, la acostaron en una habitación que estaba en la parte de arriba.




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