Los que huyan aterrorizados caerán en una fosa, y los que escapen de la fosa serán atrapados en un lazo. Las ventanas del cielo se abren; los cimientos de la tierra tiemblan.
Noé había cumplido 600 años, cuando en el día número diecisiete del segundo mes, todas las aguas que estaban debajo de la tierra estallaron y atravesaron el suelo, y una fuerte lluvia cayó del cielo.
El oficial que era ayudante del rey le dijo al hombre de Dios: “¡Aunque el Señor abriera ventanas en el cielo no podría suceder lo que tú dices!”. Eliseo respondió: “Lo verás con tus propios ojos, pero no podrás comer nada de eso”.
Rugiste, ¡Oh Señor! Y por el poder del viento que salió de tus fosas nasales los valles del mar fueron expuestos, y las bases de la tierra quedaron al descubierto.
No puedes predecir cuándo será tu final vendrá. Al igual que los peces atrapados en una red, o los pájaros atrapados en una trampa, así las personas son atrapadas repentinamente por la muerte cuando menos lo esperan.
La gente huirá a las cuevas de las rocas y a los agujeros de la tierra para tratar de esconderse de la presencia aterradora del Señor, de la gloria de su majestad, cuando llegue a sacudir la tierra.
Correrán a las grietas de las rocas y a las brechas de los acantilados para tratar de esconderse de la aterradora presencia del Señor, de la gloria de su majestad, cuando llegue a sacudir la tierra.
Pero este pueblo terminó robado y asaltado, todos atrapados en agujeros o escondidos en prisiones. Han sido robados como un botín, sin que nadie los salve de ser el premio de alguien, sin que nadie les diga “¡Devuélvanlos!”
Él será un santuario para ustedes. Pero para las familias reales de Israel y de Judá será una piedra de tropiezo y una roca que será un obstáculo; una trampa y un lazo para la gente que vive en Jerusalén.
Ustedes huirán aterrorizados y caerán en una trampa, y cuando salgan de la trampa, quedarán atrapados en un lazo. Esto les haré a los moabitas en el momento en que sean castigados, declara el Señor.
Me volveré contra ellos. Aunque hayan escapado de este fuego, otro fuego los va a quemar. Cuando me vuelva contra ellos, entonces sabrán que yo soy el Señor.
Será como un hombre que huye de un león, pero termina encontrándose con un oso; o como un hombre que va a su casa y reposa su mano en la pared, pero lo muerde una serpiente.