Esto es lo que me dijo el Señor: “¡Ve! Haz que un vigía vigile, y asegúrate de que informe de lo que ve.
Así que bajó gritando para avisar al rey. “Si está solo, es que trae buenas noticias”, respondió el rey. Cuando el primer corredor se acercó,
Los vigilantes me hallaron mientras recorría la ciudad. “¿Han visto a mi amado?” - les pregunté.
He puesto centinelas en tus muros, Jerusalén; no callarán jamás, ni de día ni de noche. Ustedes que oran al Señor, no se detengan nunca a descansar.
“Hijo de hombre, te he elegido como vigilante del pueblo de Israel. Cada vez que te dé un mensaje, deberás avisarles de mi parte.