Porque tú, Señor, has renunciado a tu pueblo, los israelitas, porque han adoptado prácticas paganas de Oriente, usan hechizos como los filisteos y se hacen amigos de los extranjeros.
Ocozías había caído por la celosía de su habitación superior en Samaria y se había herido gravemente. Así que envió mensajeros, diciéndoles: “Vayan y pregúntenle a Baal-zebub, el dios de Ecrón, si me curaré de esta herida”.
Salió al encuentro de Asa y le dijo: “Escúchame, Asa y todo Judá y Benjamín. El Señor está con ustedes mientras estén con él. Si lo buscan, lo encontrarán; pero si lo abandonan, él los abandonará a ustedes.
Entonces el Espíritu de Dios vino a Zacarías, hijo del sacerdote Joiada. Se puso de pie ante el pueblo y les dijo: “Esto es lo que dice Dios: ‘¿Por qué quebrantan los mandamientos del Señor para no tener éxito? Siendo que han abandonado al Señor, él los ha abandonado a ustedes’”.
Cuando hagas que sus hijas se casen con tus hijos y esas hijas se prostituyan con sus dioses, harán que tus hijos adoren a sus dioses de la misma manera.
Hijo mío, imagina que te has comprometido como codeudor para pagar una deuda a favor de tu vecino, y has estrechado tu mano con un extranjero para cerrar ese pacto,
Todos ustedes, filisteos, no celebren que se haya roto la vara que los golpeaba, porque de la raíz de esa serpiente crecerá una víbora, su fruto será una serpiente voladora.
Cuando alguien les aconseje: “Vayan y pregunten a los médiums y espiritistas que susurran y murmuran”, ¿no debería el pueblo preguntarle a su Dios? ¿Por qué habrían de invocar a los muertos en favor de los vivos?
Esto es lo que dice el Señor: No adopten las prácticas de otras naciones. No se asusten como ellos por las señales en los cielos que interpretan como una predicción de desastre.
Esta es la declaración que Balaam dio: “Balac me trajo de Aram; el rey de Moab me trajo de las montañas del este. Dijo: ‘¡Ven a maldecir a Jacob por mí! Ven y condena a Israel’.
Todo eso estaría bien, pero estas ramas fueron cortadas por su falta de fe en Dios, y tú sigues allí por tu fe en él. De modo que no te tengas en un alto concepto, sino sé respetuoso,
los filisteos convocaron a los sacerdotes y adivinos y les preguntaron: “¿Qué debemos hacer con el Arca del Señor? Explíquennos cómo devolverla al lugar de donde vino”.