Los canales comenzarán a apestar; las ramas del Nilo en Egipto se secarán hasta quedar en un hilillo y se secarán; las cañas y los juncos se marchitarán.
Pero cuando ya no pudo esconderlo más, cogió una cesta de papiro y la cubrió con alquitrán. Luego puso a su bebé en la cesta y lo colocó entre los juncos, a lo largo de la orilla del Nilo.
Ellos envían mensajeros río abajo en barcas de papiro. Veloces mensajeros, vayan y lleven un mensaje a un pueblo alto y de piel suave, a un pueblo temido por todos, a una nación muy poderosa de conquistadores, cuya tierra es arrastrada por los ríos.