El Señor le dijo a Moisés: “Dile a Aarón: ‘Toma tu bastón en tu mano y sostenlo sobre las aguas de Egipto, sobre sus ríos y canales y estanques y albercas, para que se conviertan en sangre. Habrá sangre por todo Egipto, incluso en los recipientes de madera y piedra’”.
El Señor le dijo a Moisés: “Dile a Aarón: ‘Extiende tu bastón en tu mano sobre los ríos, canales y estanques, y haz que las ranas se extiendan por todo Egipto’”.
El país al que entrarán no es como el país de Egipto del que vienen. Allí tenían que sembrar tu semilla y trabajar duro, regando la tierra, como si estuvieran cuidando de un huerto.