Un mensaje sobre Egipto. Mira, el Señor está cabalgando en una nube que se mueve rápidamente en su camino hacia Egipto. Los ídolos de Egipto temblarán ante Él, y los egipcios se debilitarán de miedo.
¡Canten alabanzas a Dios! ¡Canten alabanzas a su maravilloso nombre! ¡Alaben al que cabalga entre las nubes. ¡Su nombre es El Señor ¡Alégrense en su presencia!
Esa misma noche recorreré todo Egipto y mataré a todos los primogénitos de las personas y los animales, y traeré la condenación a todos los dioses de Egipto. Yo soy el Señor.
¡Ahora mira! Viene un hombre en un carro con un par de caballos”. Y dijo: “¡Babilonia ha caído, ha caído! Todos los ídolos de sus dioses yacen destrozados en el suelo”.
Mira, se precipita como nubes de tormenta; sus carros son como un torbellino. Sus caballos son más rápidos que las águilas. “¡Qué desastre! Estamos arruinados!”
¿Por qué me hacen enojar con lo que hacen, quemando incienso a otros dioses en Egipto, donde han venido a vivir? Porque si esto sucede serás destruido, y te convertirás en una palabra de maldición, en una expresión de condena entre todas las naciones de la tierra.
¡Cuéntale a todo el mundo la noticia! ¡Levanten un cartel y grítenlo, no se contengan! ¡Díganles que Babilonia ha caído! Su dios Bel será humillado; el poder de su dios Marduc será quebrantado; todos los ídolos de Babilonia serán humillados y su poder será quebrantado.
Yo castigaré a Bel en Babilonia. Le obligaré a escupir lo que se ha tragado. La gente de otras naciones ya no correrá a adorarle. Hasta la muralla de Babilonia ha caído.
“Esto es lo que dice el Señor Dios: Voy a destruir los ídolos y a deshacerme de las imágenes en Menfis. Ya no habrá príncipe en Egipto, y haré que todos en el país se aterroricen.
El Señor es lento en enojarse, tiene gran poder y no dejará al culpable sin castigo. Él camina en medio del torbellino y la tormenta; las nubes son como polvo bajo sus pies.
Pasarán a través del mar de la angustia y golpearán las olas del mar, y las aguas del Nilo se secarán. El orgullo de Asiria quedará destruido, y Egitpto perderá su poder.
Si el pueblo de Egipto se niega a ir, entonces el Señor enviará sobre ellos la misma plaga que a las otras naciones que no fueron a celebrar la Fiesta de las Enramadas.
Al oír esto, nuestro ánimo decayó. A nadie le quedó ningún espíritu de lucha por causa de ustedes. Porque el Señor su Dios es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra.
Les dijo: “Sé que el Señor les ha dado esta tierra. Todos estamos aterrorizados de ustedes. Todos los que viven aquí temen en gran manera desde que ustedes llegaron.
Miren que viene rodeado de nubes, y todos lo verán, incluso quienes lo mataron. Todos los pueblos de la tierra se lamentarán por él. ¡Que así sea! Amén.