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Referencias Cruzadas
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Isaías 18:7

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En aquel tiempo se traerá al Señor Todopoderoso un regalo de un pueblo alto y de piel suave, de un pueblo temido por todos, de una nación muy poderosa de conquistadores, cuya tierra es arrastrada por los ríos. Será llevado al Monte Sión, el lugar identificado con el Señor Todopoderoso.

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17 Referencias Cruzadas  

Desde entonces fue muy respetado por todas las naciones, y muchos trajeron a Jerusalén ofrendas para el Señor y regalos valiosos para Ezequías, rey de Judá.

Canten a Dios, reinos de la tierra, canten alabanzas al Señor. Selah.

Envíen corderos como tributo al gobernante de la tierra, desde Sela a lo largo del desierto, hasta la montaña de la hija de Sion.

Ellos envían mensajeros río abajo en barcas de papiro. Veloces mensajeros, vayan y lleven un mensaje a un pueblo alto y de piel suave, a un pueblo temido por todos, a una nación muy poderosa de conquistadores, cuya tierra es arrastrada por los ríos.

Porque esto es lo que me ha dicho el Señor: Observaré en silencio desde donde vivo, tranquilo como la bruma de calor a la luz del sol, tranquilo como una nube de niebla en el calor de la cosecha.

Esto es lo que dice el Señor: “Los egipcios productivos y los comerciantes etíopes, así como el pueblo alto de Sabe, se acercarán a ti y te pertenecerán. Caminarán detrás de ti encadenados y se inclinarán ante ti, suplicándote, diciendo: ‘Ciertamente Dios está contigo, y no hay otro Dios fuera de él’”.

Pueblo de Sión, levántate y comienza a trillar, porque yo haré para ti bocinas de hierro, y pezuñas de bronce para que hagas pedazos muchas naciones. Tu presentarás el botín y su riqueza al Señor de toda la tierra.

Son temibles y espantosos, y están tan llenos de orgullo que solo siguen sus propias reglas.

Desde lejos los ríos de Etiopía, mi pueblo esparcido, mis adoradores, vendrán a traerme sus ofrendas.

Me siento honrado por las naciones desde el extremo más oriental, hasta el extremo más oriental. En todas partes la gente me trae ofrendas de incienso y sacrificios puros. Soy honrado entre las naciones, dice el Señor Todopoderoso.

Entraron a la casa y vieron al niño con María, su madre. Se arrodillaron y lo adoraron. Entonces abrieron sus bolsas de tesoros y le obsequiaron regalos de oro, incienso y mirra.




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