aunque las hagan crecer el día que las siembren, y las hagan florecer en la mañana que las ssiembren, su cosecha se amontonará de problemas en un día de dolor y de pena que no se puede curar.
Se verá tan vacío como los campos después de que los segadores hayan cosechado el grano, recogiendo el grano en sus brazos. Será como cuando la gente recoge las espigas en el Valle de Refaím.
Los que siembran viento, cosecharán tempestad. Los tallos no tienen granos, y no producirán harina. Incluso si produjera grano, los extranjeros lo devorarían.
Ahora por tu corazón endurecido y tu rechazo al arrepentimiento, estás empeorando tu situación para el día de la recompensa, cuando se demuestre la rectitud del juicio de Dios.