Entonces el ángel del Señor fue al campamento asirio y mató a 185.000 de ellos. Cuando los supervivientes se despertaron por la mañana, estaban rodeados de cadáveres.
Los que logren evitar ser muertos por la espada regresarán a Judá desde Egipto. Pero sólo serán unos pocos, y entonces todos los que quedaron de Judá y se fueron a vivir a Egipto sabrán quién dice la verdad: ¡ellos o yo!