Entonces Saulo se puso en pie, y cuando abrió sus ojos no podía ver. Entonces sus compañeros de viaje lo tomaron de la mano y lo llevaron hasta Damasco.
Entonces hicieron que todos los hombres que estaban en la entrada de la casa, jóvenes y adultos, quedasen ciegos, así que no podían encontrar la puerta.
Mira, la mano del Señor está sobre ti y quedarás ciego. Y no verás el sol por un tiempo”. De inmediato, sobre él cayó neblina y oscuridad, y tuvo que encontrar a alguien que pudiera llevarlo de la mano.