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Referencias Cruzadas

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Hechos 8:23

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Puedo ver que estás lleno de una amarga envidia, y estás encadenado por tu propio pecado”.

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18 Referencias Cruzadas  

y en sus estómagos se vuelve amargo, volviéndose como veneno de serpiente dentro de ellos.

Señor, realmente soy tu siervo, te sirvo tal y como y mi madre lo hizo antes de mí, sin embargo, tú me has liberado.

Los malvados quedarán atrapados por causa de sus malas acciones. Las cuerdas de sus pecados los atarán.

Así que no te burles, o tu prisión será aún peor, porque el Señor, el Señor Todopoderoso, me ha explicado su decisión de destruir todo el país.

No, este es el ayuno que yo quiero: libera a los que han sido injustamente encarcelados, desata las cuerdas del yugo utilizado para agobiar a la gente, libera a los oprimidos y deshazte de toda forma de abuso.

Tú misma provocaste esto con tus propias actitudes y acciones. Este es tu castigo, y es tan doloroso que es como si te apuñalaran en el corazón”.

Así que esto es lo que dice el Señor Todopoderoso, el Dios de Israel: ¡Cuidado! Voy a dar a esta gente ajenjo para comer y agua envenenada para beber.

No olvides todo lo que he sufrido en mi agonía, tan amargo como el ajenjo y el veneno.

Me ha asediado, rodeándome de amargura y miseria.

Jesús respondió: “Les digo la verdad, todo el que peca es un esclavo del pecado.

Abandonen todo tipo de amargura, enojo, ira, abuso verbal e insultos, así como toda forma de maldad.

Pues hubo un tiempo en que nosotros también fuimos necios y desobedientes. Éramos engañados y andábamos como esclavos de diversos deseos y placeres. Vivíamos vidas de maldad, llenas de celos. Estábamos llenos de odio los unos por los otros.

Asegúrense de que no les falte la gracia de Dios, en caso de que surja alguna causa de amargura y tribulación y termine corrompiendo a muchos entre ustedes.

Les prometen libertad, aunque ellos mismos son esclavos de la depravación. Pues somos esclavos de todo lo que nos domina.

Porque Dios no perdonó ni siquiera a los ángeles cuando pecaron. Sino que los lanzó al Tártaro, manteniéndolos en pozos de oscuridad, listos para el juicio.




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